NG200501004

racional, una Religión dentro de los límites de la mera razón . Javier Muguerza anima a realizar una lectura de Kant desde el presente posmoderno. Frente a una lectura creyente de la afirmación de Kant en la existencia del postulado de Dios como horizonte de bien ante la práctica y la esperanza humana que se plantea en la pregunta ¿qué me cabe esperar?, Muguerza afirma que a la lectura de la filo- sofía de la religión hay que añadir la lectura de la filosofía de la his- toria. Independientemente de la lectura creyente o no, quisiera Kant o no, estaba asentando las bases de una lectura de la “muerte de Dios” contemporánea 8 . Esta es una de las realidades que Kant ten- dría que soportar si viviera hoy: muchas de sus afirmaciones se ale- jaban de su intención original llevando a consecuencias imprevistas e, incluso, seguro que no queridas por él. De nuevo, la razón le trai- ciona 9 . Limitar la religión a esa razón, en un intento de separarla de cualquier ensayo positivo (llámese religión católica o protestante) supuso eliminar su vinculación con la vida. Un presupuesto básico de una religión, reside en su vinculación histórica, de salvación. Kant tuvo que animar la filosofía de la historia en su pregunta sobre lo que cabe esperar al hombre, al abortarla de la religión apoyada en la mera razón: realiza una separación de razón, significado, vida e historia que son claves en la fallida comprensión de la religión por parte de Kant y la ilustración en general. Esto nos lleva a preguntarnos sobre la razón en Kant. No tanto en cómo funciona, sino cómo se entiende. 178 MANUEL LÁZARO PULIDO 8 Cf. J. MUGUERZA, “Kant y el sueño de la razón”, en D. Mª GRANJA (Coord.), “Kant: de la Crítica”, O. c. , 125-159. 9 Como señala W. Pannenberg: “Aunque la evolución filosófica de Kant estuvo motivada por su interés teológico en resaltar la trascendencia de Dios con res- pecto a un mundo finito y contingente en su misma autonomía y, por tanto, con res- pecto a la finitud de la razón humana, limitada a lo dado en la experiencia sensible, sus resultados fueron del todo contrarios a la intención que parecía servirle de guía. La filosofía de Kant desvinculó el yo racional y la conciencia experimental de todos sus lazos con Dios, y el fracaso de su nueva fundamentación filosófico-moral de la fe en Dios no hizo sino poner de manifiesto esa ruptura de una manera todavía más palpable” ( Una historia de la filosofía desde la idea de Dios (Salamanca 2001) 231).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz