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si es capaz de desarrollar un método y una hermenéutica capaz de llegar al objeto de lo sublime y lo numinoso que no es capaz de alcanzar la mera razón crítica. Sin caer en el medievalismo, la falta de complejo del hombre medieval nos puede ayudar a recuperar un lenguaje y una razón más amplia que de lugar al acceso a lo que es sustancial en la religión. San Buenaventura nos muestra un camino de relectura del pen- samiento simbólico, creativo de racionalidad estética y metafísica y no puramente lógica e intelectualista que hace que nos hallemos mermados en el mosaico de capacidades sistemáticas que realmente somos y a la que filosofía no tiene porqué renunciar. La defensa de una razón que no se olvida del mundo cotidiano y real 71 . El acceso a la realidad divina se llama filosofía de la religión desde el límite de la razón kantiana. Pero no es el único acceso racional a Dios y a la religión, no confundir racionalidad con inte- lectualismo. El acceso simbólico bonaventuriano es racional, no intelectualista (reducido a ser un tropo literario o un juego psicoló- gico de la estética 72 ) y cumple la función que la realidad humana impone y es la necesidad del símbolo en la vida: “un medio de dis- cernimiento, en el espesor de los seres, de su verdad profunda y secreta, un acceso al conocimiento del misterio de los seres” 73 . M ANUEL L ÁZARO P ULIDO DISTINTOS TRATAMIENTOS DE LA SIMBÓLICA EN LA FILOSOFÍA… 199 71 Sin defender la fenomenología sí parecen acertadas las palabras de Hus- serl de que “el positivismo decapita, por así decir, la filosofía” (Cf. Die Krisis der europeischen Wissenschaften und die transzendentale Phänomenologie (La Haya 1954) 7). 72 Una referencia a la devaluación del significado de la imagen en la cultura occidental, cf. G. Durand, Les structures anthropologiques de l’imaginaire (París 1963). 73 Cf. M.-D. CHENU, La théologie au XIIe siècle (París 1957) 159.

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