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como representación fraternal de Dios, como plasma su Cántico del Hermano Sol 62 . Con estos mimbres construimos la simbólica bonaventuriana que permite acceder a la mente, donde la sola razón metodológica y científica del Estagirita no puede llegar, a no ser por un camino que intentó realizar otra escolástica y que terminó siendo destruida por la modernidad. El Doctor Seráfico asimila el doble camino neoplatónico, estructurándolo en formulaciones propias. En el Itinerarium mentis in Deum , su ejemplarismo utilizará el camino que va de la creatura al Creador, realizando la integración de ambos esquemas metafísi- cos 63 . Este precioso opúsculo es el camino para mostrar el símbolo bonaventuriano en un camino ascendente y descendente, en el que el hombre con su mente es capaz de razonar simbólicamente y des- cubrir desde el asombro y la anagogía aquello que verdaderamente hace estremecer al hombre. Lo verdaderamente sublime. Pues en el Itinerarium el Dios que es y se define por su bondad culmina mos- trándose como similitud . Efectivamente el símbolo bonaventuriano implica no sólo una representación intelectual del objeto, sino que recrea la realidad que significa. Lo representado se da en grados diversos, de modo que el símbolo tiene una carga ontológico- samántica y sígnica. Esta suma se ve en los diferentes capítulos de DISTINTOS TRATAMIENTOS DE LA SIMBÓLICA EN LA FILOSOFÍA… 195 62 Este cántico es de dudosa pertenencia a san Francisco, pero esto no afecta a nuestra afirmación, pues tanto Celano como Buenaventura, al escribir las primeras biografías de san Francisco hacen referencia al espíritu de dicho escrito, si bien no a su existencia. Parece claro que los primeros franciscanos interiorizaron la significa- ción de los seres creados. Un estudio sobre la autenticidad del Cántico y su vincula- ción a san Francisco en GUZMÁN MANZANO, I., ¿Es de S. Francisco el Cántico del Hermano Sol?. Análisis crítico del argumento histórico, en Carthaginensia 12 (1996) 165-185. Antes ID., Reflexiones en torno al Cántico del Hermano Sol, en Naturaleza y Gracia 29 (1982) 101-135. 63 G. Madec señala como en las Confesiones agustinianas se parte del mundo exterior como una primera etapa, para llegar, tras una segunda etapa de exploración del mundo interior, a Dios “ in Te supra me ” ( Conf . 10, 7). Esto supone que el camino pasivo es también recorrido por san Agustín, curiosamente en una obra tremendamente espiritual como el Itinerarium bonaventuriano. Es, por tanto, cuestión de matices y de órdenes metafísicos o epistemológicos. Cf. G. MADEC , «In Te supra me». Le sujet dans les Confessions de saint Augustin, en Revue de l’Institut Catholique de Paris 28 (1988) 45-63.

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