NG200501003

persona humana ha sido el motor de todas las luchas sociales y de las revoluciones de estos dos últimos siglos y, en la misma línea, aunque en distinta posición y contextura, motor también de las luchas y revoluciones de los siglos precedentes de la historia de la humanidad. Hago presente la corriente que en nuestra actualidad más reciente, tiende a sustituir el término de igualdad por el de equidad. El término equidad aparece como un concepto flexible que no pre- supone absolutamente el reconocimiento de la misma dignidad a todas las personas, reconocimiento esencial para que se pueda hablar de la igualdad. A falta de este reconocimiento antropológico objetivo, la equidad viene a depender de la subjetividad de aquellos que le atribuyen un significado que, por lo demás, es tan mudable que hace fluctuar la valoración sobre aquello mismo que es justo según el consenso y los compromisos pragmáticos. La introducción furtiva de la equidad pone a la igualdad en riesgo de desaparecer, cuando, precisamente, la igualdad constituye el punto fundamental de la Declaración de los Derechos del Hom- bre del año 1948. Son los países que tienen en poca consideración la igualdad los que en nuestro tiempo no sólo dan acogida, sino que buscan el apoyo de la equidad, por ejemplo, los que discriminan a la mujer o aquellos en los que tiene vigencia un sistema de castas. En el siglo XVIII y a principios del XIX, los teóricos y dirigentes de las jóvenes democracias fueron partidarios de una democracia limitada que tuviera en cuenta el desigual reparto de los talentos, obsesionados como estaban por el miedo a la plebe. No se hablaba de la igualdad de los ciudadanos ante la ley, sino de los derechos de ciertas categorías profesionales particulares. La apelación a la igual- dad de los derechos cívicos ha servido, más de una vez, para ali- mentar la resistencia a los derechos sociales. La misma que, hoy, se opone al reconocimiento de los derechos culturales y, últimamente, a los religiosos, poniendo en peligro la libertad de religión. Se nos perdone la redacción de unas líneas que pueden pare- cer una digresión. En el inicio del año 2004 y en las fechas que se estaba redactando este ensayo, el Papa Juan Pablo II se encontraba con el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, una cita que siempre tiene lugar a inicios del año, en el 2004, el 12 de enero. LAS NOCIONES DE LEY, IGUALDAD Y LIBERTAD EN LA LEGISLACIÓN… 157

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz