NG200501003

Éstos y otros valores más se constituyen en los principios orga- nizativos de nuestras agrupaciones políticas o nacionales. Caracteri- zan y califican el modo de ser de nuestros contemporáneos que se clasifican y denominan democráticos y que, en cuanto mentalidad democrática, con tanta frecuencia, suele verse y presentarse como un reto a la organización, legislación y práctica, y a vida de la Igle- sia, de rebote, a la legislación y a la práctica de la vida consagrada 2 . Insisto: en este ensayo titulado “Las nociones de la ley, igual- dad y libertad en la legislación y práctica de la vida consagrada democrática ”, me pregunto si la ley, la igualdad y la libertad, ejes, sin duda ninguna, de la normativa y vida de los consagrados, ante todo, seguidores de Cristo, y cuyo respeto es base fundamental de todo grupo, vienen presentadas en los propios textos legislativos canónicos en conformidad y de acuerdo con su versión más actua- liza, la que corresponde a una teología y a una eclesiología renova- das, y si son expresión de unas técnicas de organización y de vida modernas que afectan al modo de ser espiritual del hombre, social, comprometido con los avances de un comportamiento humanístico de calidad, deudor para con Dios y para con los hombres. Reflexionamos los tres valores señalados en el título del ensayo: la ley, la igualdad y la libertad; a los tres dedicamos su res- pectivo punto o apartado, consiguientemente tres puntos o aparta- dos. Y presento, a modo de introducción, unas consideraciones en torno a la democracia en el interior de la Iglesia y de la vida consa- grada, dejando de lado realidades, a un mismo tiempo un algo utó- picas, como el respeto de los derechos del hombre y el de la institu- cionalización, temas de indudable actualidad. A MODO DE INTRODUCCIÓN, LA DEMOCRACIA “Definir la democracia es importante porque establece qué espe- ramos de la democracia”. Con esta frase da inicio Giovanni Sartori a la reciente nueva edición de su libro titulado ¿Qué es la democra- 136 SATURNINO ARA 2 Cf. P. GASTON , El catolicismo desafiado por la democracia (Santander 1997).

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