NG200501003

siguiente:¿ qué sucede con este tema de la democracia en la vida consagrada?. La respuesta podría decir que los métodos y sistemas democráticos no pueden devaluar y menos aún sustituir y constituir por sí mismos un sucedáneo del don carismático, con exigencias de pobreza, obediencia y castidad y, entre los franciscanos, de fraterni- dad. Luego, convendría señalar que determinadas decisiones preten- didamente democráticas responden, por una parte, a una situación de relajamiento, fruto de un egoísmo e individualismo caprichoso, y, por otra parte, y en consecuencia, esas mismas decisiones pueden provenir y derivar hacia un fundamentalismo excluyente de los que aparecen y son fieles a la tradición. Un tercer paso a destacar, quizás, no un tercero sino un pri- mero, dada su trascendencia, es el del respeto debido a lo estable- cido, pero, ante todo y sobre todo, al valor que recoge y trasmite una norma que, por su forma de presentación y tiempo de publica- ción, puede estar dando la impresión de ser errada y estar a falta de oportunidad, más que en la proposición de un valor en sí en el modo mismo de hacer esa proposición. Porque cabría realizar la presentación de un valor o principio, siguiendo un sistema y método democrático, el que presupone la participación responsable, activa y comprometida de todos, evitando así la propuesta de una norma que se reduce a ser el producto y formulación proveniente de un grupo de técnicos, asesores y capitulares, personalmente no comprometidos, pero doctrinal e incluso carismáticamente, quizás, más convencidos y, ciertamente, mejor instruidos. De manera general podría decirse que principios, en el fondo y realidad, democráticos, como los anteriormente sugeridos o reflexio- nados: los derechos del hombre, la dignidad de la persona, etc. son profunda y seriamente valorados en la Iglesia y en la vida consa- grada, pero, tal vez, no son presentados, particularmente en la nor- mativa y ley eclesiástica, de aquella manera que sería necesario saber hacerlo, para así poder ayudar la compresión de esta misma ley y norma como algo moderno, en formulación democrática. Se nos hace saber que la Iglesia Católica admite el derecho de objeción de conciencia a unas leyes estatales, a veces, no sólo tiráni- cas, sino también totalitarias, ya que las democracias pueden y de LAS NOCIONES DE LEY, IGUALDAD Y LIBERTAD EN LA LEGISLACIÓN… 153

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