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(...) porque en todo sujeto físico, por la capacidad en la uni- dad de la forma, concurre la fuerza de todas las formas, así como en la unidad de la materia concurre el fundamento de todas las potencias. Por eso, entendió Anaxágoras que ‘todo en todo’ 104 . La materia infinita forma parte de todas las cosas sensibles, de los elementos de la naturaleza, de las partes de la materia, de los accidentes corporales y de las formas substanciales naturales. Todas las cosas naturales, simples o compuestas, poseen materia y forma (alma o vida) 105 . Materia, forma y potencia deben entenderse con arreglo a la energía eterna de la unidad. La materia infinita no cambia, es invariablemente lo que fue, no se regenera, consuma constantemente todo lo que hay en el uni- verso, es principio de movimiento y, simultáneamente, se halla en estado de reposo. Incluso en las elaboraciones del arte, en el ins- tante en que de la madera, por ejemplo, se produce la estatua, la identidad de la madera permanece inmutable y es la estatua la que, habiendo estado en potencia de ser, es y se actualiza en una deter- minada forma. Ahora bien, la producción del arte no es como la de la naturaleza, puesto que determina las formas o bien substrayendo materia (del mármol se hace la estatua) o bien añadiendo materia (la unión de distintos materiales para la construcción de una casa). El arte intenta utilizar la materia que sea menos corruptible y más per- manente e inmutable y de la que pueda crear mayor número de objetos (por ejemplo, la materia de cualquier metal es mejor que la LA MATERIA INFINITA EN LA ONTOLOGÍA DE BRUNO 127 104 G. BRUNO, Lampas triginta statuarum , cit., III, 94-95: “(...) quia in omni physico subiecto virtus omnium formarum pro capacitate in unitate formae, sicut et in unitate materiae fundamentum omnium potentiarum concurrunt. Unde ‘omnia in omnibus’ intellexit Anaxagoras”. Bruno ( De gli eroici furori , cit., 934; De la causa, principio e uno , cit., 242-243; Lampas triginta statuarum , cit., III, 42 y 95; Sigillus sigillorum , cit., II, 2, 196) sigue la teoría de Anaxágoras según la cual todo está en todo: omnia in omnibus , todas las cosas son o están en todas las cosas, y, como todo está en todo se puede hacer de todo todo. Cf. NICOLAI DE CUSA, De docta ignorantia , (Hamburgi 1966), liber II, c. V, 36 y 38. Respecto a Anaxágoras, cf. G.S. KIRK y J.E. RAVEN, Los filósofos presocráticos , (Madrid 1974) 522-526. Acerca de la diferencia entre el planteamiento de Anaxágoras y el de Bruno, cf. A. Guzzo, O. c. , 110, nota 150. Por lo que se refiere a la relación entre el alma del universo y el prin- cipio omnia in omnibus , véase L. Spruit, O. c. , 144. 105 Cf. G. BRUNO, Theses de magia , cit., III, 464-465.
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