NG200501002

Se trata de la forma absoluta (unidad divina), de la forma del universo (unidad derivada) y de las formas que se hallan en él; forma que es origen de todas las formas (principio de toda esencia y todo ser), esencialmente luz infinita, pura e indivisa, gracias a la cual la materia del universo se difunde a los seres particulares. La concepción bruniana del universo es monista: en el ser del universo, gracias al primer principio sobrenatural o unidad absoluta, todo es materia, potencia, acto, forma, alma. En la unidad cósmica, la materia, intrínsecamente animada, no se disocia de la forma o alma. El principio vital o alma del universo es la materia vivificada. En el universo, todas las formas son abarcadas en su diferencia enti- tativa. En la substancia cósmica, deviene todo, en la substancia divina, todo es todo, puesto que en el primer principio, todas las formas se hallan unidas en la eternidad y en la unidad de un solo acto. Hay monismo de materia y forma, puesto que son una sola substancia en la unidad cósmica, y hay monismo de cada modo de ser que se origina, el cual es nueva faz accidental en la unidad subs- tancial de materia y forma 84 . El Dios transcendente se pliega al Dios inmanente o universo infinito, en el que potencia y acto, materia y forma no se diferencian. La inmanencia es de carácter naturalista y monista, con el fin de resolver la relación intrínseca entre Dios y el universo, y entre lo finito y lo infinito. Sin embargo, hay una sutil e importante diferencia entre la materia y la forma del universo: En efecto, la substancia corpórea difiere de este modo de la substancia de la mente, del alma y del espíritu sublime, cuyo cuerpo universal está todo entero en todo y en el universo, en cambio aquélla está toda en cualquier parte, donde naturalmente constituye todo y hace referencia a la imagen de todo, unas veces 118 MONTSERRAT BARTOLOMÉ LUISES omnibus se comunicans, in qua omnis forma, quae comunicatur, est aeterna et una; ipsa enim est absoluta essendi forma et dans omnibus esse, unde et pater formarum- que dator appellatur, ita ut non sit forma membrorum partiumque mundi vel uni- versi totius, sed formae universi et partium ipsius absoluta forma. (...) Haec forma universalis essendi est lux infinita, se habens ad omnium formas, sicut forma lucis essentialis ad lucis participativae, luminum et colorum formas. Per hanc diversimode participatam in diversis entibus secundum diversas figuras extenditur materia”. 84 Cf. A. GUZZO, O. c. , 167-168, 179 y 225, notas 242-244, 68 y 64.

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