NG200501002
por tanto, en él [el universo] la potencia y el acto no son absoluta- mente la misma cosa, porque ninguna parte suya es todo aquello que puede ser. Por otro lado, según el modo específico que hemos dicho, el universo es todo lo que puede ser, según un modo explicado, disperso, distinto. Su principio es indiferente- mente y unidamente; porque todo es todo y lo mismo simplicísi- mamente, sin diferencias y distinciones 52 . El universo, como unidad y totalidad, es realidad explicada, derivada y segunda, y la materia y la forma que lo constituyen son una y la misma: el universo es todo aquello que puede ser. Pero el universo no es posibilidad absoluta en sus cualidades, formas y materias naturales, porque las partes, especies y cuerpos que lo inte- gran no son todo lo que pueden ser. El universo, unidad genética natural y vestigio de la unidad complicada, es un gigantesco y majestuoso simulacro de la potencia y el acto absoluto, propios del primer principio sobrenatural, que es unidad radical, máxima simpli- cidad, y que es y puede ser todo, no sólo en la totalidad sino tam- bién en cada parte del todo. La unidad divina como posibilidad infinita es principio intrín- seco y causa negativa del universo, es su artefice interno , alma, forma del universo o unidad vital cósmica, cuyo acto infinito se refleja en la incesante energía de la materia del universo. De tal modo que potencia y acto son identidad absoluta en la unidad primera; por el contrario, en la unidad segunda, potencia y acto son indiferentes únicamente desde la óptica de la totalidad, pero no son indistintos en las infinitas partes cósmicas, ya que en éstas el acto es relativo y está limitado por la vicisitud propia de la existencia de lo múltiple. LA MATERIA INFINITA EN LA ONTOLOGÍA DE BRUNO 105 52 Ib. : “Lo universo, che è il grande simulacro, la grande imagine e l’unigenita natura, è ancor esso tutto quel che può essere, per le medesime specie e membri principali e continenza di tutta la materia, alla quale non si aggionge e dalla quale non si manca, di tutta e unica forma; ma non già è tutto quel che può essere per le medesime differenze, modi, proprietà ed individui. Però non è altro che un’ombra del primo atto e prima potenza, e pertanto in esso la potenza e l’atto non è assoluta- mente la medesima cosa, perché nessuna parte sua è tutto quello che può essere. Oltre che in quel modo specifico che abbiamo detto, l’universo è tutto quel che può essere, secondo un modo esplicato, disperso, distinto. Il principio suo è unitamente e indifferentemente; perché tutto è tutto e il medesmo semplicissimamente, senza diffe- renza e distinzione”. Cf. la traducción de I. Gómez de Liaño en o. c. , 106.
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