NG200501002
En primer lugar, según Bruno 48 , en los seres naturales, la potencia y el acto no son lo mismo, porque el acto es limitado y LA MATERIA INFINITA EN LA ONTOLOGÍA DE BRUNO 103 res de los astros, uno de los cuales es la tierra–, los demonios en los elementos, los elementos en los mixtos, los mixtos en los sentidos, los sentidos en el alma, el alma en todo animal, y éste es el descenso de la escala; a continuación el animal asciende por el alma a los sentidos, por los sentidos a los mixtos, por los mixtos a los ele- mentos, por éstos a los demonios, por éstos a los elementos, por éstos a los astros, por ellos a los Dioses incorpóreos o de substancia o corporeidad etérea, por éstos al alma del mundo o espíritu del universo, por éste a la contemplación de la unidad simplicísima, óptima, máxima, incorpórea, absoluta, autosuficiente. De este modo, se desciende desde Dios a través del mundo hasta el animal, pero desde el animal se asciende a través del mundo hasta Dios; éste está en el ápice de la escala, como acto puro y potencia activa, como purísima luz, en la raíz de la escala, en cambio, está la materia, las tinieblas, la pura potencia pasiva, de cuyas profundidades se puede hacer todo, así como aquél puede hacerlo todo desde las cosas superiores. Entre el grado superior y el inferior están las especies intermedias, de entre las supe- riores participan más de la luz, el acto y la virtud activa, las inferiores empero parti- cipan más de las tinieblas, la potencia y la virtud pasiva. Por ende, toda luz que hay en las cosas inferiores, como llega a ellas a tra- vés de las superiores, está en éstas con más eminencia; asimismo todas las tinieblas que hay en las superiores, con más fuerza están en las inferiores. Sin embargo, la razón y la eficacia de la luz y de las tinieblas no es la misma; pues la luz se difunde y penetra hasta lo más profundo de las tinieblas, las tinieblas empero no llegan a tocar el orbe purísimo de la luz. Así, pues, la luz comprende las tinieblas, las vence y las sobrepasa por el infinito, las tinieblas, con mayor razón, no sólo no compren- den ni sobrepasan ni igualan la luz, sino que carecen con mucho de la proporción de aquélla”]. Cf. la traducción de I. Gómez de Liaño en o. c. , 230-231. Se trata de una escala vital jerarquizada, constituida por realidades inferiores, intermedias y superio- res (animal, alma, sentidos, mixtos, elementos, demonios, astros, Dioses, alma del mundo o espíritu del universo, Dios), cuyo movimiento ascendente tiene como punto de partida la materia o la pura potencia pasiva (las tinieblas) y tiene como fin el acto puro y la potencia activa (la luz), cuyo movimiento descendente parte de la unidad más absoluta hasta llegar a vincularse a la pluralidad más respectiva, por la unidad vital cósmica o alma del universo, que es la que inicia el proceso de des- censo. En este recorrido, la luz se difunde proporcionalmente de acuerdo con el orden que ocupa cada realidad, mientras que las tinieblas poseen menor fuerza de penetración en la escala vital, puesto que son matices de la luz infinita y plena. Cf. G. Bruno, De magia mathematica , en Jordani Bruni Nolani, Opera latine conscripta , cit., III, 493. Acerca del influjo esencial y accidental que hay en el ascenso y el des- censo de la escala de los entes, véase G. Bruno, Theses de magia , en Jordani Bruni Nolani, Opera latine conscripta , cit., III, 457. Para Bruno ( De gli eroici furori , en Dialoghi italiani. I. Dialoghi metafisici. II. Dialoghi morali , cit., 1137), el alma es la potencia activa del cuerpo, porque lo vivifica y actualiza, otorgándole su plenitud. 48 G. BRUNO, De la causa, principio e uno , cit., 281-282.
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