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lidad 32 . Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre la rela- ción del alma humana con su cuerpo, y la del universo con el suyo. El alma humana está unida al cuerpo, y su parte intelectual se esfuerza por liberarse de las pasiones de los sentidos para elevarse a lo inteligible. El cuerpo transmite sus debilidades al alma en el ins- tante en que ésta le da la vida. Por el contrario, el alma del universo unifica su cuerpo infinito y goza de lo inteligible, porque su parte intelectual es el origen al que siempre se dirige. Dando vida al uni- verso, el alma permanece unida a un cuerpo que nunca envejece ni muere. 2. POSIBILIDAD INFINITA La unidad es el fundamento de todo el conocimiento sobre el universo y la divinidad. En virtud de que en la unidad todos los seres se comunican, en la naturaleza y en el entendimiento todo se presenta bajo la unidad y la indivisibilidad. La unidad es el principio de todo, principio único de las infinitas cosas particulares, conti- nente de la pluralidad infinita. La unidad no es singularidad, no es entre muchos, sino que cada uno de los muchos son unidad que exprimen una multiplicidad. Como si pudiéramos pensar una cien- cia que poseyera un solo principio científico para todos los conoci- mientos científicos o un sonido que constituyera la sinfonía de todos los sonidos posibles. La unidad es el ser de todos los seres: causa, principio y uno son un solo ser. Desde esta óptica, materia y forma, potencia y acto se identifican, son unidad. En el ente se distingue la potencia del acto únicamente desde el punto de vista lógico, pero desde el punto de vista de la razón natural, el ente es infinito e inmóvil, uno e indivisible, por lo que no se diferencian las partes del todo ni el principio de lo principiado 33 . Se trata de averiguar cuál es la naturaleza del principio material, qué es la materia como LA MATERIA INFINITA EN LA ONTOLOGÍA DE BRUNO 99 32 Cf. G. BRUNO, O. c. , 236-238. Respecto a la comparación entre el alma humana y el alma universal, cf. A. GUZZO, O. c. , 103, nota 98. 33 Cf. G. BRUNO, O. c. , 184-185. Sobre el acto y la potencia como la primera división del ente y acerca de que todos los géneros se dividen según la potencia y el acto, véase G. Bruno, Summa terminorum metaphysicorum , cit., I, 4, 10-13 y 29.

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