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naima ) en el tiempo primordial ( pia daktai ). Al relatar cómo surgie- ron las cosas, revela el paradigma de las acciones humanas, su código ético; también el por qué y las circunstancias de su aparición. De esta forma, solamente se puede llegar a ser verdadero hombre en tanto en cuanto se esté en conformidad con la actualización ritual . Al relacionar sus experiencias del fenómeno religioso, el hombre de las sociedades arcaicas asume la realidad de lo sagrado , haciendo que todo su vivir sea un acto religioso , su modo específico de estar en el mundo. El mito considerado en su contenido como un relato arcaico, hace referencia a actos llevados a cabo por la realidad sobrenatural. Esta manifestación facilita la diferenciación, por la evidencia de la ruptura de nivel , entre lo profano ( sereware ) y la historia arquetí- pica ( pia daktai ); pasado mítico que es recuperado frecuentemente por medio de la repetición de los modelos ejemplares . De este modo, la actual precaria situación que experimentan los pemones adquiere orientación al ser evocada periódicamente en sus relatos míticos de los inicios. Además de revelar la nostalgia por la perfec- ción de los orígenes , pone en evidencia la sed de pervivencia y la plenitud de las profundas aspiraciones humanas. En este sentido, el pemón en el momento primigenio se encontraba en el deleite de la plena felicidad, que trágicamente perdió como consecuencia de la culpable envidia de sus antepasados míticos ( Makunaima ). Por tanto, la mitología pemón concibe la muerte ( patakare ) como la continuación llevada al extremo de la vida comunitaria y la adquisi- ción de abundantes bienes sin el mayor esfuerzo. De ahí, que se consideren los preceptos culturales mandados por los ancestros como una conducta moral vigente, mientras se está entre los vivien- tes, y en estrecha vinculación con la ulterior ubicación en el más allá . El acercamiento que se ha realizado a la cultura pemón y al fenómeno de lo sagrado a través de su concepción mítica de los orí- genes, revela una tradición eminentemente valiosa en cuanto a la vivencia de la religiosidad. Pues el pueblo pemón, en estrecha rela- ción con su ámbito sociocultural y geográfico, logra manifestar la imitación de los arquetipos míticos en la vida cotidiana. Antes bien, en todas las actividades significativas experimentan el sentido que LA CULTURA PEMÓN Y LA DRAMÁTICA IRRUPCIÓN DE LO SAGRADO 85

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