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que celosamente lleva consigo en su pakara 243 . El maestro iniciador le proporciona al futuro Piasan unas piedras pequeñas de curiosa configuración, que le servirán como protección para toda la vida. Estas particulares defensoras le ayudarán en los futuros combates contra las fuerzas malévolas, para así librar del enek (bicho) a sus pacientes. En pemón se les denominan: Yiaiton , palabra que filoló- gicamente se encuentra emparentada con otras que hacen referencia a los seres primigenios: Pia, Iya, Yai, Dai . En su bolso también lleva una pipa para fumar las hojas alucinógenas ( Tamu-yen ), una pequeña calabaza para beber sus brebajes ( Kachiwoto ) y unas ramas de determinadas plantas ( Tumaya ) que al batirse simulan el sonido del viento 244 . El acto de sanación tiene lugar dentro de una vivienda; se rea- liza en la oscuridad y nunca durante el tiempo de lluvia o tempes- tad. Al comenzar el rito, el Piasan se coloca junto al enfermo sen- tado en su banco ( Murei ), sosteniendo su pipa en una mano y en la otra el manojo de hojas. El fumar y beber sus tisanas le posibilitará el alcanzar el trance, lo que le llevará a encontrar la ayuda de sus seres protectores 245 . Simultáneamente el Piasan inicia los cantos con que se invoca el descenso del Mawari 246 , después de ello se pone de pie y empieza a dar vueltas alrededor del chinchorro donde está el enfermo; dando a veces portazos y desgarradores gritos 247 . Pero el Piasan no solamente posee el poder para rechazar y vencer a los seres malignos, sino que también tiene la capacidad para causar mal a quien quiera. De la creencia en sus poderes cura- tivos se puede pasar a la acusación de haber hecho algún maleficio a alguien; convirtiéndose aquel en un Kanaima , es decir, en un cau- sante de males, enemigo al que se le atribuyen las muertes 248 . LA CULTURA PEMÓN Y LA DRAMÁTICA IRRUPCIÓN DE LO SAGRADO 65 243 Bolsa de cuero, que el pemón lleva siempre terciada al hombro, en la que guarda anzuelos, resinas, hilo, piedritas, etc. 244 Cf. M. GUTIÉRREZ SALAZAR, Los Pemones , 136. 245 Cf. D. THOMAS, O. c. , 364-365. 246 Seres fabulosos que, en decir de los Pemón, habitan en los cerros, cascadas y montañas, etc. Creen también que determinados pájaros (que viven en los cerros, cuyos nidos no se encuentran) son los mawaríes. 247 Cf. L. BARCELÓ SIFONTES, O. c. , 29. 248 Cf. M. GUTIÉRREZ SALAZAR, Los pemones y su código ético , 57; I D ., Los Pemo- nes , 138.

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