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por antepasados históricos; pero, la mayoría de las veces, desprecia- dos como “indios” de escasa “cultura” académica . Al mismo tiempo, la literatura mítica de los pueblos arcaicos constituye para las ciencias humanas otra manera de enriquecer las diferentes culturas. Los mitos, como expresión de las más profundas inquietudes del hombre, son el producto de la reflexión llevada a la propia vida; presentándose como una respuesta válida a los diferen- tes cuestionamientos del hombre primitivo , en tanto en cuanto pro- yectan y realizan una armónica estabilidad entre el propio grupo étnico y el mundo circundante. De ahí que la mitología pemón pro- porcione aspectos con validez de verdad, que mediante otro modo de comprensión sería imposible acceder. 2. O BJETIVOS Desde el primer momento, se observó con claridad que uno de los objetivos del presente trabajo tenía que apuntar hacia la recupe- ración de la importancia vital que el mito tiene para el hombre. Valor que, a lo largo de gran parte de la historia de la humanidad, muchas veces ha sido truncado al considerar el mito como una fic- ción o fábula de tradición religiosa. Por el contrario, la funcionalidad del mito muestra la dotación de sentido que otorga al hombre de las sociedades arcaicas. De ahí, la necesidad que tiene el mito de dar razón de su presencia y eficacia desde sus propias categorías. Por eso, se quiere valorar la cultura pemón a la luz las categorías que proporciona su propia mitología de los orígenes. El segundo obje- tivo, pretende responder al interés por descubrir la dinámica interna que manifiesta la dramática irrupción de lo sagrado , según la con- cepción antropológica que se encuentra presente a lo largo de la mitología pemón. Por esta razón, la concepción mítica de la cultura pemón, al fundamentar y justificar todo comportamiento y actuación humana, responde a una realidad presente y vivida de manera cotidiana. Aunque diversas características que se ofrecen del mundo pemón se hayan escrito en tiempo pretérito, lejos está de tratarse de una reali- dad desaparecida. Exceptuando alguno que otro elemento cultural dinámico —como por ejemplo, la construcción tradicional de sus 8 RAFAEL CASTILLO VELANDIA