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ocupando a los filósofos desde Plotino. Merecerían, por consi- guiente, un tratamiento sistemático, con el empleo todos los recursos de la Escolástica. 6. Los comentarios moralizantes de Caro Baroja y de Palau y Dulcet producen risa a estas alturas, no mereciendo ningún tipo de comentario. 7. Por todo lo expuesto, reclamo, una vez más, que se haga cuan- to antes una edición crítica de El ente dilucidado , con una buena introducción y con las notas aclaratorias pertinentes. La realiza- da por la Editora Nacional, además de estar agotada, carece de los soportes bibliográficos necesarios para su utilización acadé- mica. Concluyo: Fr. Antonio de Fuentelapeña intentó dilucidar la naturaleza de ese ente extraño –invisible, doméstico y juguetón– que recibe el nombre de duende o trasgo. Yo también he pretendido dilucidar (ignoro si acertadamente o no) el libro de Fuentelapeña sobre ese ente. Me precedieron otros en la tarea. Quiero mencionar, sobre todo, al P. Teófilo Estébanez de Gusendos, capuchino, a cuya memoria dedico el presente trabajo. F RANCISCO R ODRÍGUEZ P ASCUAL Universidad Pontificia de Salamanca ABSTRACT El ente dilucidado , a book published by P. Antonio de Fuentelapena in 1676 aroused from the very beginning the most diametrically opposed opinions. The author of this article considers the work of the Zamoran capuchin from ethnology, since he believes it to be the best point of view frorn which to understand and evaluate it. From a strictly ethnographic perspective, El ente dilucidado, the first systematic treatise on goblins or elves, is in his view a real jewel as a source document. 1056 FRANCISCO RODRÍGUEZ PASCUAL
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