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ses reales que mueven a los misioneros, asumiendo el esfuerzo de inculturar la fe. Nuestro autor no muestra ningún esfuerzo en esta tarea, sino que lo vive como un elemento más propio de su trabajo. Por otra parte, él mismo hace notar cómo la ayuda del intérprete fue muy limitada, puesto que éste no entendía nada acerca de la fe. Por otra parte, está el convencimiento de que su trabajo está siendo ben- decido por Dios en todo momento y como fruto al gran esfuerzo que ellos están haciendo: «Lo que trabajamos gracias al Señor se luce, pues es cierto sabe más el que menos sabe que el que más de estos otros, por- que les enseñamos en castellano y en la lengua materna, en que les he traducido las oraciones principales y el catecismo con que son instruidos muy bien; y Dios ha dado suficiencia, que con lo poco que se nos alcanza de la lengua, lo hemos puesto con bien poca ayuda de intérprete, que en esta parte no sabe nada »29 . Resulta especialmente significativo ver que se produce una per- fecta articulación entre la evangelización y el trato humano que, como él nos muestra, resulta afable y profundamente agradable. Por otra parte, el P. Antonio no es un hombre simplista a la hora de plan- tear las dificultades de la evangelización, sino que afronta el pro- blema en toda su crudeza, por lo que sólo ha bautizado a recién nacidos: «Niños se han bautizado cantidad de ellos, sólo con esperan- zas de que si alguno se muere antes de la edad de adulto, se irá al cielo como lo han logrado ya algunos. [¡]Bendito sea el Señor[!] Grandes, ni el P. Fr. Basilio ni yo, no hemos bautizado alguno, ni bautizaremos si no es in articulo mortis y después de larga prue- ba por las razones otras» 30 . Su postura resulta de gran sabiduría, puesto que él es cons- ciente que los misioneros no han de imponer una fe, sino que está convencido que su tarea es el anuncio de la fe. «Les daremos a todos cabal noticia de la fe, sino la quisieren aceptar a nosotros no nos manda Dios los convirtamos, si no que les prediquemos, aunque 1010 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ 29 Doc. 6 , f. 94r-v. 30 Doc. 7 , f. 16r.

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