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fessión, y postrar y anihilar a los verdaderos hijos del padre San Francisco, que no dessean otro que apretarse y recogerse para seguir sus sanctas pissadas, guardando perfectamente y con rigor la regla apostólica que professaron. Nunca yo me viniera a Hespaña asta que se viera el fin destos negocios, si no entendiera claramente el pecho paterno de vuestra señoria y que este no faltara a los siervos de Dios, en mi ausencia. Por tanto yo, en mi nombre y en nombre de los demas hijos, que aqui tiene vuestra señoria, le supplicamos con humildad y lagrimas, por la sangre benditissima del pientissimo Jesu, que en este negocio nos sea padre, y nos favoresca con su sanctidad y Sancta Congregación, que este negocio esté firme, pues nuestros desseos de ser verdaderos hijos de nuestro padre San Francisco y de andar a todo correr a la cumbre de la perfición por el camino de la guar- da perfecta de nuestra regla no se aflojan, nuestra confiança está puesta en la benignidad apostólica, que a nadie desecha: ella nos valga, ella nos abraçe, ella nos haliente, ella nos favoresca, para ser lo que tenemos obligación de ser. Peticiones de gente rebelde y que huye la perfición de su regla no sean oydas, y las supplicaciones bañadas con lagrimas de los que estan debajo los pies de la Sede Apostólica y dessean ad unguem guardar su regla no sean desecha- das y menos preciadas. Cierto, muy illustre señor, que estos padres merecen por sus desvergonzadas rebeliones perder el derecho che tienen en nos- otros, y darlo a otro que es mas obediente a la Sede Apostólica. De muy buena voluntad todos los padres desta provincia se subiecta- rian a los capuchinos in capite , y esto su sanctidad lo debria deman- dar al padre general de los capuchinos, parte por que los observantes aprendiessen a obedecer a su sanctidad, parte por el grande servicio de Dios que de aquí resultaría. Grande es la devoción que los seglares tienen a los reformados, y no es menos el provecho que ellos hazen al pueblo con su buen exemplo y doctrina. Aquí en Cathaluña, con importunación de los pueblos, an recebido ya quatro o cinco casas, y si huviera mas fray- les, muchas más recibieran; los mismos pueblos las obran, los fray- les solo se exercitan en obrar los edificios de las almas: lo que yo e visto y veo con mis oyos refiriré a vuestra señoria. 996 VINCENZO CRISCUOLO

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