NG200403025

que asistieron los dichos conventos; y era lástima ver que los ver- guetas, ministros de justicia, yvan a pedir la limosna para los frayles recoletos. Pues que diré de los escándalos que los observantes han hecho, siempre prendiendo todas las cartas que yvan para el nuncio de vuestra santidad de todos los pueblos y clerecios del contento de los recoletos, y de la crueldad con que castigavan todos los recoletos que prendían, con prisiones y otras storciones por que renunciasen los breves; y esto lo hazían los dichos provincial y guardian y los demás, y procuravan hazerlos apostatar, sapiendo que sin nota de apostasía no les podían bolver la obediencia. Al fin, beatissime pater, esta tormenta ha durado hasta oy día de Sant Marcos a 25 de abril, en el qual día, no curando los sobredi- chos observantes de la intima de los breves que tres días ha les hize otra vez, y de dos patentes del dicho nuntio que les mandava que su pena de excomulgación major late sentencie ipso facto si contra- fecerint incurrende , no prendiesen ni molestasen a los recoletos, sino que por excomulgación de los breve de vuestra santidad los dexasen bivir en sus conventos y reformatión, no se an dado acate más que sino se huvieran intimado, y han querido incurrir en dichas censuras a trueque de contentar su gusto y tomar las casas recoletas y las personas, creyendo que nadie las bastara a recobrar. Y assí oy han invocado al virrey y sus consejeros y él les ha dado alguaziles y les ha entregado con violencia las casas y las personas recoletas van prendiendo con grandíssimos escándalos. Esto padecien estos siervos de Dios por amor de amar la virtud y la pura guarda de su regla, que en la observancia está tan postra- da. Muchos recoletos se van a los pies de vuestra santidad y otros se han pasado a Catalunya, a entretenerse por los montes escondi- dos, otros quedan en los conventos recoletos por que non han que- rido desamparar las casas, y estos tienen con grillos y cepos y otras estorciones por hazerles dar la obediencia, y ellos están que mori- rán mil vezes antes que obedescan a los observantes, por que como son siervos de Dios, no quieren quitar la obediencia al dicho fray Angel de Paz su provincial. Yo, vista esta tan grande afflictión, me he atrevido a screvir a vuestra santidad. Supplico por la sangre del innocentíssimo Jesús, 992 VINCENZO CRISCUOLO

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