NG200403024

nas frases evangélicas y pocas normas prácticas, a la manera de la Proto-Regla de los Hermanos Menores. De esa norma de vida, de cuyo texto integral nadie sabe dar noticia, nos queda solamente la exhortación escrita por Francisco y devotamente colocada por Clara en el capítulo 6 de su Regla, conocida hoy como la Forma vivendi 7 . El segundo momento que marcó un paso determinante en la génesis de la RegC, fue el escollo que encontraron las Damianitas en las determinaciones del IV Concilio de Letrán (noviembre de 1215), según las cuales las nuevas instituciones religiosas que surgieran en la Iglesia a partir de entonces, debían acogerse a una de las Reglas monásticas ya existentes. Por tal motivo, las «observancias de San Damián» (¿la Proto-Regla de las Damianitas?) carecían de validez jurí- dica, pues no habían obtenido la aprobación, ni siquiera oral, del Papa, como ocurrió con la Proto-Regla de los Hermanos Menores. Según esto, Clara y sus hermanas debieron adoptar la Regla de san Benito, la más conocida y practicada en ese entonces en occidente. Esta imposición es la que explica la infiltración de algunos términos monásticos en las estructuras de la vida de San Damián, que luego quedaron en la RegC, como «abadesa» y «monasterio». A raíz de la disposición conciliar, Clara se apresuró a recurrir ante la máxima autoridad de la Iglesia, el Papa Inocencio III, para tratar de salvar su ideal de pobreza evangélica, obteniendo del mismo Pontífice en el primer semestre de 1216 un documento que le concedía el Privilegium paupertatis, es decir, la posibilidad de que ella y sus her- manas de San Damián pudiesen vivir sin rentas fijas ni otras pose- siones, a la manera de los Hermanos Menores 8 . Poco después del Concilio de Letrán, entre los años 1218 y 1219, el cardenal Hugolino hizo redactar una serie orgánica de nor- mas para el monasterio de San Damián y los monasterios que de 914 FERNANDO URIBE 7 El título se lo debemos a la misma Clara. No es del caso entrar ahora en la problemática, aún no resuelta, sobre la identidad de este documento, es decir, si se trataba de una exhortación independiente o si es el fragmento de un escrito más largo. Tampoco es la ocasión para discutir sobre la sospecha de autenticidad de este texto, junto con la Ultima voluntas , formulada por M. P IA A LBERZONI [cf. « Forma di vita per Chiara e Ultima volontà indirizzata a santa Chiara », en F RANCESCO D ’A SSISI , Scritti . Testo latino e traduzione italiana (Padova 2002) 419-425]. 8 Cf. E. G RAU , « Das Privilegium paupertatis Innozenz’ III », en FranzStud 31 (1949) 337-349.

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