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tuidad; Pablo, su inmadurez como persona. Pero, en el fondo, rei- vindican lo mismo, aunque con lenguaje distinto: la doctrina de la salvación como gracia de Dios. Jesús dice que hay que acoger el Reino sin aducir reivindica- ciones ni «méritos»; Pablo subraya la necesidad de despojarse del «hombre viejo» (Rom 6,6), de la «levadura vieja» (1Cor 5,7), de la «vieja condición» (Col 3,9), es decir de «nacer de lo alto» (Jn 3,3), para ser justificados por la fe, y eso sólo es posible desde «ser como un niño». CONCLUSIONES El tema de la minoridad en el evangelio reviste matices parti- culares, y no puede reducirse a un planteamiento monocolor. A modo de síntesis y de propuesta operativa pueden subrayarse, como aspectos destacados, aunque no únicos, los siguientes. 1) L A MINORIDAD DE J ESÚS ES SIGNIFICATIVA Y ANUNCIADORA DE VALORES ALTERNATIVOS Por la inversión de valores que propicia y anuncia puede con- siderarse como expresión de una auténtica revolución cultural y reli- giosa: se reconoce el protagonismo de los marginados, de lo menor, y se denuncia la cultura del poder y del tener, privilegiando la del servicio y la del ser (cf. Mc 10,41-45). Es uno de los signos de los tiempos nuevos, y del hombre nuevo, liberado de la servidumbre de los ídolos. 2) L A MINORIDAD COMO OPCIÓN Y PROPUESTA La minoridad de Jesús no fue un estigma que lastró su existen- cia, sino una opción positiva. Fraguada en el misterio trinitario (Jn 1,1ss; Flp 2,6ss), se visibiliza en su vida histórica, con dos momen- tos significativos: el bautismo en el Jordán, donde Jesús se hunde en lo más sombrío de la historia humana, el pecado (cf. 2Cor 5,21),y el 904 DOMINGO MONTERO

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