NG200403023

Sólo con la mayoría de edad adquiría protagonismo, accediendo al mundo de los adultos. Por supuesto, el niño era querido, cuidado y educado, tareas que asumía preferentemente la madre. «Ser adulto» era el ideal; el niño estaba desprovisto de valores significativos y sustantivos; no era una referencia existencial válida; era sólo «objeto» de esperanza y en esperanza. Y precisamente aquí residirá lo escandaloso de Jesús, presentándose como niño, mani- festando su preferencia por los niños y presentándolos como refe- rencias significativas del reino de Dios, de sus valores y exigencias. Los «dichos» sobre los niños El pensamiento de Jesús al respecto se deduce de dos grupos de textos que aparecen en la tradición sinóptica. El primero lo cons- tituyen Mc 10,13-16 y paralelos (Mt 19,13-15; Lc 18,15-17); el segun- do, Mc 9,33-37 y paralelos (Mt 18,1-5; Lc 9,46-48). a) Mc 10,13-16 y paralelos Movidos por la estima que el Maestro les merece, presentan, probablemente los padres, unos niños a Jesús para que los bendiga. Los discípulos reaccionan, para proteger la tranquilidad y dignidad de su rabbí , que no puede perder el tiempo con unos niños, ya que ha de dedicar su tiempo y sus energías a los adultos, a los que pue- den entender la explicación de la Ley y los Profetas. Según una opi- nión ampliamente divulgada por aquellos tiempos, el niño, que desconocía la torá , no tenía mérito alguno en la torá ni ante Dios. La reacción de Jesús es inmediata: «se enfadó (Mt y Lc suprimen el dato) y les dijo: ‘Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impi- dáis, porque de los que son como éstos es el reino de Dios’. Os ase- guro: ‘el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él’. Y los abrazaba y los bendecía». Procediendo así, Jesús rompe con la imagen común de rabbí que se habían formado de él; él no funciona con esos esquemas. Muestra su estima y aprecio público por los niños, a los que no sólo bendice (elemento que conserva también Mateo) sino que los abra- za (elemento que silencian Mateo y Lucas). Una vez más, Marcos nos presenta una imagen más cercana de Jesús, desde el punto de vista humano. LA MINORIDAD, UNA OPCIÓN DE DIOS 901

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