NG200403023
2) La glorificación del Padre por revelarse a «los menores» Como una prolongación de las bienaventuranzas o ratificación de las mismas puede considerarse esta manifestación de Jesús, que S. Lucas califica como «gozosa» e «inspirada»: «En aquel momento se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu bene- plácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie cono- ce quien es el Hijo sino el Padre; y quien es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar» (Lc 10, 21-22). Texto significativo por varios conceptos. Se trata de uno de los pocos pasajes que permiten el acceso a la vibraciones y emociones más íntimas de Jesús, y el único que le presenta como « lleno de gozo ». Por otra parte, en él se destaca la predilección de Dios por «los menores». En los insondables designios de Dios (cf. Rom 11,33), revelarse a los pobres, a los pequeños —le pareció la mejor estrate- gia (cf. 1Cor 1,17-3,23). Jesús se alegra por esa opción del Padre, y por haberle confiado a él esa misión (Cf. Lc 4,16ss). Se convierte a los pequeños, a los menores, en evangelizado- res, reveladores de Dios. La frase « los pobres son evangelizados » (Mt 11,5) tiene su prolongación en esta otra de similar estructura: « los pobres son evangelizadores», en cuanto que en ellos, en su existen- cia, se está haciendo presente, se está anunciando la voluntad sal- vadora de Dios. Dios nos viene «menor» y en los «menores», ése es su camino (cf. Jn 14,5), que marca el camino: ir a Dios «menores» con los «menores». 3) «Si no os hacéis como niños..» (Mt 18, 3) La figura del niño En la sociedad y cultura israelita y judía la figura del niño, como sujeto de derechos, no estaba tan desarrollada como en la nuestra. 900 DOMINGO MONTERO
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