NG200403022

FRANCISCO Y LA POBREZA A partir del Vaticano II y sobre todo de las Conferencias del Episcopado Latinoamericano de Medellín y Puebla, el aspecto de la opción por los pobres que prevalece es el de la liberación de la injusticia y de las causas de la pobreza. Refugiarse en una pobreza interior o conformarse con un simple asistencialismo es sospechoso de alienación. A Francisco de Asís se le catalogaba en una corriente espiritua- lista, no sociológica. Francisco no puede ser catalogado dentro de la solidaridad social, sino que su pobreza hay que colocarla dentro de un ámbito espiritual, pero con repercusiones sociales 4 . Francisco no llegó a captar la dimensión social de la pobreza 5 . Sus textos son expresivos: No resistan al mal, sino a quien les pegue en una meji- lla, vuélvanle también la otra. Y a quien les quite la capa, no le impi- dan que se lleve también la túnica. Den a todo el que les pida; y a quien les quite sus cosas, no se las reclamen (1R 14). Aconsejo, amo- nesto, exhorto en el Señor Jesucristo a mis hermanos que, cuando van por el mundo no litiguen ni contiendan con palabras ni juzguen a los otros; sino sean apacibles, pacíficos y mesurados, mansos y humildes, hablando a todos decorosamente, como conviene (2R 3). Se diría que su preocupación no es eliminar la pobreza, sino asumirla y vivirla. No estamos en ninguna lucha de clases. Escribe Celano: Y, aun cuando se había desprendido de toda envidia, no pudo desprenderse de una, la única: la envidia de la pobreza; si veía a alguien más pobre que él, de seguida lo envidiaba; y, en combate de emulación con la pobreza, temía quedar vencido en la lucha (1Cel 2, 83). Para mí no hay mayor bochorno que encontrar a algu- no más pobre que yo (EP 17). Para Francisco la pobreza es imitación de Cristo y medio de per- fección. Es Dama Pobreza. Recuerden que nuestro Señor Jesucristo... fue pobre... y vivió de limosna tanto El como la Virgen bienaventu- rada y sus discípulos (1R 9). Esta es la excelencia de la altísima pobreza, la que a vosotros, mis queridos hermanos, os ha constitui- 872 CARLOS BAZARRA 4 J. M ICÓ , Vivir el Evangelio (Valencia 1998) 263. 5 Ib., 267.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz