NG200403020

acto libre de su voluntad, es reemplazada por la doctrina de una divinidad suprapersonal y en constante devenir, caracterizada por dos atributos contrapuestos —el espíritu y el impulso vital— que buscan su reconciliación en el curso de la evolución natural y de la historia. Esos dos atributos se condicionan y necesitan mutuamente, como enseña la doctrina scheleriana de la debilidad del espíritu. Persiguen una unidad superior, que es descrita unas veces como «vivificación del espíritu» (GW 9,55s.) y otras como «espiritualización de la vida» (GW 11,119). En la medida en que el hombre participa de esos dos atributos, participa también del devenir universal de la divinidad. Más aún, por lo mismo que esa participación es cons- ciente, el hombre es el lugar en el que el ser absoluto se realiza y se capta a sí mismo inmediatamente. La divinidad necesita de la colaboración del hombre para alcanzar su destino último. En ocasiones se ha utilizado la expresión «metafísica dualista» en referencia al pensamiento del último Scheler. Parece una denomina- ción inadecuada, pues no se trata aquí de dos principios indepen- dientes, sino de dos atributos —los únicos que nos son conocidos— de una única realidad última. Más apropiado parece hablar de «pan- teísmo» (como sugiere el interés del Scheler maduro por el pensa- miento de Spinoza), o bien de «panenteísmo» (como hace un especialista tan calificado como Henckmann 12 ). Este último término subraya la inserción del hombre y del mundo en la realidad fun- dante: pues «todas las cosas proceden a cada segundo, en el senti- do de una creación continua, del Ser-que-es-por-sí, y brotan de la unidad funcional de la colaboración de impulso y espíritu» (GW 9,70); y tiene además la ventaja de haber sido utilizado en alguna ocasión por el propio Scheler: «El mundo es organismo (cuerpo vivi- do) de la vida universal como ‘natura naturans’ en Dios (panenteís- mo)» (GW 11,199). No es posible abordar aquí la difícil y controvertida cuestión de cuáles fueron las razones que motivaron este radical cambio en la posición metafísica y religiosa del último Scheler. Pero al menos estamos en condiciones de localizar los primeros indicios claros de ese cambio. Se encuentran precisamente en el texto sobre San 836 LEONARDO RODRÍGUEZ DUPLÁ 12 Cf. W. H ENCKMANN , Max Scheler (Múnich 1998).

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