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786 FRANCISCO IGLESIAS Lo que expone a concluir que no haya verdad —cayendo de algún modo en los llamados “eclipse de los absolutos” y “crisis de los fun- damentos”— sino, más bien, tan sólo verdades de acuerdo a como las cosas aparecen a cada uno; y, por lo mismo, verdades constitu- tivamente móviles, según la doctrina de Heráclito del incesante fluir de las cosas. En tercer lugar, también como efecto de ese complejo “cocktail” de “rasgos climáticos”, vale la pena citar un impacto espe- cífico del mundo postmoderno en el área de lo sagrado y de la reli- giosidad. Para unos, la fe y todas sus implicaciones se reducen a un tema eminentemente privado, con toda la carga de relativismo y de subjetividad que esto conlleva; otros, como reacción a la llamada “revolución individualista”, en el otro polo de la situación religiosa actual se refugian fácilmente en el integralismo o neofundamentalis- mo, expresión en buena parte de la precariedad e inmadurez socio- cultural de las personas y colectividades; finalmente, para otros muchos la crisis de lo sagrado no es que conduzca de suyo a la negación de Dios, sino, más bien, a considerar a Dios irrelevante para los asuntos humanos de la vida. 1.2. E JEMPLOS ACTUALES PARA LOGRAR UNA ILUMINADA HUMANIZACIÓN A pesar del panorama complejísimo que ofrece la postmoder- nidad, o más bien por eso mismo, son detectables numerosos esfuerzos, a nivel de alta cultura, por iluminar la situación y encon- trar metodologías adecuadas para lograr un sano humanismo en sin- tonía con el futuro globalizado y planetario que nos espera. A título de muestra y de acuerdo con el criterio de sintética esencialidad que me he impuesto, voy a referirme a tres ejemplos significativos, pres- cindiendo adentrarme aquí en un análisis análogo del aporte gene- ral a la “humanización” desde la fe cristiana. Todas las corrientes o escuelas que abordan este tipo de pro- blemas se mueven en realidad dentro de tres presupuestos funda- mentales: primero, que el hombre está cruzando, irreversiblemente, el umbral de una nueva e impresionante época histórica ; segundo, que se trata de una época histórica que se vislumbra densamente enigmática, con muchos interrogantes y ambivalente, es decir, car- gada de grandes oportunidades y de enormes riesgos; y tercero, que

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