NG200403019
era un hombre de letras, había intuido antes eso mismo; y, de hecho, vivió su apasionado seguimiento de Cristo tratando, instinti- vamente tal vez, de forjar su personalidad humana y cristiana inspi- rándose en ese esquema sencillo de la perfección del Padre del cielo. No hay dos personalidades, ni dos santos, ni dos humanismos cristianos “encarnados” que sean iguales. La dinámica del humanis- mo cristiano de la persona de Francisco, vista desde las raíces mis- mas de la dialéctica “naturaleza y gracia”, ha suscitado un “modo de ser hombre” cualitativamente único. “No sé de qué otro santo pueda decirse, como de Francisco, que pertenece a los hombres” 60 . Pero también es cierto que “cada santo revela un tipo ideal de humani- dad” 61 . Un estudio comparativo de la experiencia de Francisco en el proceso de su nueva humanización personal, confrontada con los tres ejemplos actuales de humanismo que he presentado antes, podría dar pie a algunas preguntas. Por ejemplo estas dos: ¿Existen coincidencias, y sobre todo relevantes, entre estas cuatro formas de humanismo? ¿Estaremos hablando de utopías? Creo que una refle- xión seria sobre esos cuatro modelos para una humanidad nueva revela un planteamiento de fondo coincidente: como temática en los tres primeros casos y como experiencia vivida en el caso de Francisco, todo viene a reducirse a poner en armonía, dentro del núcleo antropológico —sobre todo de la voluntad de cada hom- bre— su “ethos” como “ens amoris” 62 y la realidad ambivalente de su libertad, “signo eminente de la imagen divina en el hombre” 63 . Estas dos “raíces” fundamentales del hombre van íntimamente tra- badas entre sí, pero siempre la segunda en función del desarrollo de la primera —la dimensión del amor— que es la que da la talla de la autenticidad y madurez de la persona. La terminología, las estrate- gias pedagógicas y los horizontes podrán ser diversos en cada uno de esos cuatro casos, pero el entramado más íntimo delata resonan- NATURALEZA Y GRACIA EN SAN FRANCISCO DE ASÍS 811 Dieu selon Jean Duns Scot, Poréte, Eckhart, Benoît de Canfield et les Capucins (Roma 1997) 145-203. A. BORAK, Carità e libertà, fonti della perfezione umana secondo Duns Scoto, en Quaderni di spiritualità francescana 12 (1966) 127-157. 60 E. BALDUCCI, Francesco d’ Assisi (S. Domenico de Fiesole - Fi 1989) 174. 61 L. LAVELLE, QS 32. 62 Cf. M. SCHELER, Ordo amoris (Madrid 1998). 63 Gaudium et spes 17.
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