NG200403019
reserva para Francisco, modelo de una manera simple y radical de ser “hombre nuevo y del otro mundo” 4 ; pero con los pies a tierra, como un miembro más de la familia humana, al igual que lo fue su Maestro y suprema referencia de identificación, Jesús de Nazaret. Una palabra sobre la opción metodológica de fondo. Desde hace tiempo notables pensadores llevan buscando, a través del pro- prio calidoscopio, las claves de lectura del fenómeno complejísimo y provocador de la humanidad de hoy, embarcada ya en un proce- so irreversible de globalización, con horizontes incluso planetarios. Todos, de alguna forma, afirman la magnitud y ambivalencia del momento en que vivimos y reconocen que el secreto último para pasar de una amenaza pavorosa a una extraordinaria oportunidad para la especie humana está en el hombre. Pero las diferencias en los análisis empiezan aquí: ¿con qué tipo de hombre?, ¿a qué condi- ciones?, ¿a partir de qué área humana y de qué objetivos? A nivel fenomenológico, las estrategias prácticas podrán ser fle- xibles y varias. Pero lo que cuenta, desde el punto de vista de la efi- cacia y del realismo, son las líneas maestras, inspiradoras de la antropología y teología de fondo, que deberán orientar un servicio integral y correcto al hombre de hoy y del futuro. No es siempre cierto que para afrontar problemas complejos que afectan directa- mente al ser humano haya que aplicar soluciones complicadas; puede bastar, teniendo certeza de los objetivos a conseguir, valerse de ciertos recursos simples y esenciales que incidan en el núcleo central de la personalidad de cada individuo. Con razón, san Agustín, buen conocedor de temas antropológicos, subrayaba esta pista central para cualquier táctica de aproximación al ser humano: en última instancia, la voluntad explica todo en el hombre 5 . Gracias a la física virtual hoy sabemos, por ejemplo, que en la masa infini- tamente diminuta de un protón están inscritas todas las leyes funda- mentales de la naturaleza 6 . De manera análoga cabría decir, con relación al hombre y su destino, que el secreto de su proceso de autoidentificación y realización está en las dos grandes leyes que NATURALEZA Y GRACIA EN SAN FRANCISCO DE ASÍS 781 4 T. de CELANO, Vida primera, 82, en Escritos, 191. 5 Cf. SAN AGUSTÍN, De civitate Dei, 14.6. 6 Cf. A. ZICHICHI, Perché io credo in Colui che ha fatto il mondo. Tra Fede e Scienza (Milano 1999) 30.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz