NG200403019

lidad por el valor de la persona humana, un fuerte amor a la con- cordia y a la reconciliación, así como profundos e intensos afectos de confidencialidad, ternura y calor cordial... Los impulsos altruísti- cos provienen de la fuerte comprensión, notable benevolencia y grande paciencia...” 49 . Basta este cuadro de datos, imprescindible como punto de partida, para comprender el significado del reto de “la llamada a la libertad cristiana” y del fatigoso proceso de “autoli- beración”, con ayuda de la gracia, vivido por Francisco. Resumiendo: Francisco no ha nacido santo. El potencial huma- no de su personalidad es una plataforma muy significativa de ele- mentos contrastantes, que se coagulan en realidad en una doble serie de impulsos de signo opuesto: impulsos altruísticos e impulsos egoístas; disponibilidad a amar, a sintonizar con los otros, a abrirse a los valores del bien y de la bondad y fuerte afirmación del proprio yo, con riesgo de conflictos en el terreno de la humildad, de la obe- diencia y de la caritativa aceptación y tolerancia mutua. Con todo, me permito repetir, para evitar equívocos, que el perfil caracterial de Francisco refleja la naturaleza humana presente en él, como “punto de partida” precedente a su conversión, que luego ha servido — mediante un trabajo continuo durante toda su vida— de pedestal y crisol de su santidad. La gracia no destruye la naturaleza, sino que la perfecciona. No pocas veces, en las hagiografias se trabaja solo sobre el itinerario ascensional de la gracia que se “injerta” en la natu- raleza del santo, sin tener debidamente en cuenta todo el complejo humano de la persona para poder valorizar mejor la historia com- pleta de los límites, de las luchas, de las opciones, de las colabora- ciones que han hecho posible el proceso de maduración humana y evangélica de esos hombres cristianamente ejemplares. Porque el santo es eso: el hombre normal de todos los días que ha logrado, conquistando la libertad de sí mismo y dando así espacio al amor, no ser mediocre y aprovechar inteligentemente incluso las tenden- cias de signo negativo del proprio ser. El caso de Francisco no puede ser más emblemático: se vacía por dentro, liberándose de su egocentrismo, y abre así toda la anchura de su corazón al altruismo; de esta forma logra realizar su identidad de Hermano universal, con 806 FRANCISCO IGLESIAS 49 A. GARGANO, La personalitá di Francesco d’ Assisi attraverso uno studio di analisi “grafopsicologica “, en L ‘Aurora Serafica 48, n. 12 (1977) 8 ss., 19 ss.

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