NG200403019
la pura antropología, al término y concepto de “individuo”. Ya desde el punto de vista semántico, la palabra individuo (“in-dividuus”: indi- visible, inseparable) comporta un acento de algo “individualizado”, “proprio” y “diferente” que contradistingue, separa y en cierto modo aísla con respecto a los otros seres de la misma especie. Pero, ade- más, puede ser ambiguo oir, incluso en el coro de voces en torno a Egdar Morin, que hay que asegurar, antes de nada, que cada indivi- duo empiece por ser completo en sí mismo, “en circuito consigo mismo”, antes de ayudar a los demás a que encuentren su proprio equilibrio para poder convivir 14 . Lo que puede ser justo, pero se trata siempre de un lenguaje y de unas resonancias diversos y distantes, por ejemplo, del “personalismo comunitario” de Emmanuel Mounier. En segundo lugar, una perplejidad más clara, dicho sea eufe- místicamente, proviene del silencio —por respetuoso que sea— de la dimensión trascendente del hombre de la globalidad y perplejidad del futuro. Es verdad que hay quien habla de trascendencia “hori- zontal”, en cuanto el individuo se abre a los otros mediante la soli- daridad y la convivencia. Pero aquí me refiero —en el sentido más habitual del término— a la trascendencia “vertical”, es decir, a la “dimensión religiosa” en sentido estricto como normal suplemento de una ética “totalmente terrestre”. Puede ser cierto que —como llega a decir casi literalmente Egdar Morin— la cultura de masa, que “in nuce” es una religión de la salvación terrena, no tenga promesa alguna de inmortalidad, de lo sagrado y divino, para poder cam- biarse en una religión verdadera y propia; que los valores indivi- duales que exalta —amor, felicidad, realización de sí mismo— sean precarios y caducos; que el individuo, terrestre y mortal, fundamen- to de la cultura de masa, sea de lo más precario y caduco que pueda existir; y que la cultura de masa entre y se mueva en el ritmo de la historia al ritmo de la actualidad, que su modo de participación sea lúdico-estético, su modo de consumo profano y su relación con el mundo realística... 15 . Pero a uno le resulta imposible pensar que, precisamente para un proceso de integral y correcta “humanización” en un clima así, imaginado totalmente “laico” como se describe esa cultura de masa, se omita el tema de la dimensión religioso-trascen- NATURALEZA Y GRACIA EN SAN FRANCISCO DE ASÍS 789 14 ID., 71. 15 ID., 46 s. ID., Lo spirito del tempo (Roma, 2002) 206 s.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz