NG200403018

para la teología en general, especialmente la referida al ‘pecado ori- ginal’, un cambio de perspectiva respecto a la visión de los maestros clásicos. Un cambio de perspectiva, marginal evidentemente, que no puede eliminar el núcleo de una verdad que traspasa el ámbito de la naturaleza radicándose en el misterio de lo sobrenatural. La apertura de la naturaleza a lo sobrenatural no puede ser una conquista por razones. Es por lo que una antropológica teológica (o teología del hombre) en su situación originaria no puede proceder a base de raciocinios naturalistas y menos de sentimentalismos. Más adelante se verá cómo Escoto se referirá a la insuficiencia de la razón para dar con el sentido de la vida del hombre. No será aquí inoportuna la referencia a una consideración muy actual respecto de las ciencias de la naturaleza como invitación ineludible, de parte de las mismas, a trascender la limitación insatis- factoria de sus conclusiones. Se demuestra que la misma ciencia natural se queda con su verdad a medio camino hacia una meta inasequible por medio de conceptos fijos en leyes necesarias. La naturaleza mundana no ofrece en sí misma razón primaria suficien- te de su evolución. A. Schmidt estudiando las teorías físicas de la relatividad y de los «quantos», ve avalada por la misma física la rea- lidad de un proceso discontinuo del mundo creado, que moviéndo- se hacia su propio futuro, entraña una ‘contingencia sincrónica’ que da al tiempo el valor existencial de lo previamente indefinible y se convierte igualmente en crítica teológico-metafísica del conocimien- to naturalista. Ambas direcciones del conocimiento —concepción necesitarista que piensa llegar al conocimiento de todo en la rela- ción de causa-efecto (esencialismo) o la reducción de la realidad entera a apariencias de un todo fijo, que sería siempre impenetrable a un discernimiento particularizado 8 , son incapaces de llevar a la inteligencia humana a un punto final que no sea un inquietante sin- sentido. «El mundo creado y, menos todavía el hombre, ni puede ser reducido totalmente al determinismo de la naturaleza, ni es absolu- tamente impenetrable a la inteligencia. En el hombre es posible un 752 BERNARDINO DE ARMELLADA 8 A. S CHMIDT , Natur und Geheimnis. Kritik des Naturalismus durch moderne Physik und scotische Metaphysik (Freiburg/München 2003) 363-364.

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