NG200403018
ponsabilidad, todo lo difusa que se quiera, y que encuentra en Cristo la solución de su deficiencia por medio del perdón 59 . B ERNARDINO DE A RMELLADA , OFMCap Istituto Storico dei Cappuccini. Roma ABSTRACT The recent critical edition of the Ordinatio of Duns Scotus presents the doctrine of the Subtle Doctor on the topic of “original sin”. Scotus’ original view of this problem, within his conception of the supernatural end of man, is analysed here in its relative rationality, leaving aside, not only in the name of the faith of the Church but within theological anthropology, radical positions historically overcome with Manichaeism and Pelagianism. In contrast to other catholic explanations, Scotus sees man as radically disposed of a supernatural orientation to divine intimacy, an orientation guaranteed by the gift of original justice (equilibrium and immortality). This justice is lost in a situation which affects all of humanity in its transcendental solidarity, and man is left without this guarantee which, by divine will in the beginning, justified his coming into existence. The reality of original sin means existence with its most profound aim atrophied, affecting even the will. It is Christ who helps us recover this sense. EL PECADO ORIGINAL EN LECTURA ESCOTISTA 777 59 Puede ser, si no explicación del misterio el pecado original, sí una suge- rencia iluminadora la cita que J. Prades hace de Hannah Arendt: «En una de sus obras más sugerentes, señala la «aporía de la irreversibilidad de las acciones» de lo que ella denomina homo faber moderno, según la cual las acciones que el hombre ha pues- to en el mundo no consienten ya ninguna marcha atrás, han salido del ámbito de su control. Y añade estas palabras luminosas: «La redención de la aporía de la irrever- sibilidad está en la facultad de perdonar (...), porque el perdonar destruye los ges- tos del pasado, cuyos ‘pecados’ penden como la espada de Damocles sobre la cabeza de una nueva generación» (H. A RENDT , Vita attiva , (Milano 2000) 175». Y vale también la reflexión del mismo Prades: «Sólo un amor personal infinito, divino, puede asegurarnos el perdón desbordante y con él la capacidad para volver a obrar, para volver a empezar, que expresa la victoria de lo eterno en el tiempo» ( Art. cit ., 46-47).
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