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sólo es inteligible plenamente con su deseo natural más íntimo hacia su perfección última y única en la comunión de conocimiento y amor sobrenatural con Dios: Un fin sobrenatural que, como tal, no supone derecho alguno en la misma naturaleza. Es ciertamente su perfección plena, pero sólo realizable mediante la donación libre de Dios, que Escoto llama «objeto voluntario». Porque Dios es infinito con infinitud intensiva, escribe Alejandro de Villalmonte, «la esencia divina, en su pura hecceidad (concretez singular), no puede ser objeto naturalmente motivo de la voluntad humana; ni puede ser atingida por el desarrollo interno del dinamismo de cualquier facul- tad creada. Solamente puede ser objeto voluntario ; cuando Dios se decide a donar, liberalmente, el bien infinito de su esencia. Sólo por la condescendencia gratuita de su revelación sabemos que Él quie- re unir a su vida íntima nuestro destino y que, de hecho, lo hace por medio de Cristo, «summum Opus Dei», donde se nos manifiesta el designio de Dios en su diálogo de amor con las criaturas» 53 . Este amor libre de Dios como única plenitud de la perfección en el ser espiritual, supone una situación que transciende la conexión de la 772 BERNARDINO DE ARMELLADA Entre la amplísima bibliografía al respecto, es significativa la postura del gran tomista P. Garrigou-Lagrange, quien escribe a propósito del libro Surnaturel : «On en arrive ainsi à se desintéresser complètement des pronuntiata maiora de la doctrine philosophique de S. Thomas, c’est à dire des 24 thèses thomistes approu- vées en 1916 par la Sacrée Congrégation des Études». R. Garrigou-Lagrange, La nou- velle théologie , 133. Cf. C. B OYER , Nature pure et surnaturel , 379-395. El 12 de agosto de 1950 Pío XII publica la encíclica « Humani generis », que parecería excluir la tesis del P. de Lubac: «Alii veram ‘gratuitatem’ ordinis supernaturalis corrumpunt, cum autument Deum entia intellectu praedita condere non posse, quin eadem ad beatifi- cam visionem ordinet et vocet». AAS 42 (1950) 570; DSch . 3891. Cf. F. T AYMANS , L’encyclique «Humani generis» , 3-20. «Il P. de Lubac, dal 1945, fino al Concilio Vaticano II, diventa ‘il simbolo del rinnovamento teologico’; ma, per i ‘critici conser- vatori’ egli ‘divenne il loro bersaglio preferito’». G. Benedetti, citando a P. A. P EREGO , Deviazioni segnalate dall’Enciclica «Humani generis», en Il Soprannaturale , 565 y a J. M. C ONNOLLY , The Voices of France , 96. Cf. H. DE L UBAC , Il misterio del sopranna- turale , tr. it., Introducción de G. Benedetti: La teologia del mistero in H. de Lubac, 4. 53 A LEJANDRO DE V ILLALMONTE , Búsqueda de Dios en el dinamismo de la volun- tad según J. Duns Escoto , en Regnum hominis et Regnum Dei . (Acta Quarti Congressus Scotistici Internationalis. Edidit Camille Bérubé), vol. I (Roma 1978) 78. Que Dios es objeto voluntario y no asequible naturalmente por ninguna facultad cre- ada lo repite Escoto en varios lugares, como Ord. I, d. 3, p.1, q. 1-2, n. 57 (Vat. III, 39); Lect. I, d. 3, p. 1, q. 1-2, nn. 45, 89 y 90 (Vat. XVI, 242 y 258); Quodlib. q. 14, a. 2, nn. 5, 36-46, 63-64 (ed. BAC 496, 509-514, 520 y ss.).

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