NG200403018

tad. Pero esto crearía una situación violenta no compatible con el equilibrio confortable que se supone en el estado de justicia origi- nal. Entre la multitud de tendencias, que de por sí generarían un desequilibrio de la naturaleza y como ayuda necesaria a la voluntad para regir sin violencia todos los apetitos encontrados —y en delei- table equilibrio—, el hombre tuvo que poseer un don sobrenatural en virtud del cual la voluntad orientara fácil y deleitablemente al hombre entero con todos sus apetitos hacia el fin natural-sobrena- tural: tal era la justicia original, inicio del don posterior de la gracia, ya en conexión directa con la intimidad de Dios en la dimensión o ámbito de su amistad acogedora. Sólo con este don sobrenatural rectificador era posible que la delectación de la voluntad en Dios, como fin último, le fuera más atractivo al hombre que la satisfacción de cualquier gozo sensible. Se trata de un don sobrenatural, porque el equilibrio de la voluntad dominando sin violencia la multiplicidad de las tendencias sensibles (rebelión en potencia), significaba que la rectitud moral de la voluntad libre no surgía de ella misma y, menos aún, de las otras fuerzas naturales. La razón profunda de esta inse- guridad es que, como criatura, el hombre no tiene en su misma esencia la regla de la propia rectitud 18 . Pero si el don sobrenatural daba la facilidad del equilibrio, la posibilidad de ceder desordena- damente ante cualquier atracción sensitiva, seguía perteneciendo esencialmente a la permanencia de la libertad 19 . 758 BERNARDINO DE ARMELLADA 18 J. Maritain lo expresa así: «C’est la transcendance même de Dieu qui fait que l’amour de Dieu auquel toute droite vie morale est suspendue ne peut pas, dans l’ordre naturel lui-même, émaner de la créature intelligente en vertu seulement de sa création, ou de l’élan de sa nature à son premier instant». L. c ., 210. 19 Per illum donum voluntas quasdam delectationes appetitus sensitivi prae- veniret ne umquam illae inessent, puta adulterandi cum pulchra aliena; quasdam imperasset et bene eis fuisset usus, puta cognoscendi suam obediendo praecepto divino (illi videlicet: crescite et multiplicamini etc.), ita quod istas delectationes lici- tas quandoque habendas —pro tunc quando inerant —non habuisset voluntas pro fine, sed etiam finem debitum retulisset; a quibusdam etiam delectationibus licitis quandoque habendis quandoque avertisset, sicut ab ista delectatione quae non erat habenda nisi pro tempore. Et quodcumque istorum, sive praevenire sive bene uti habitis sive evertere ab habitis delectationibus, voluntas delectabiliter faceret per illud donum supernaturale, quo delectabilius fuit sibi fini ultimo inhaerere et omni- bus ordinatis ad illum, quam ab illo separari, inhaerendo alicui delectabili non ordi- nato ad finem. Escoto, Ib ., nn. 17-18; pp. 313-314.

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