NG200403017

Dios es amor, y la peculiaridad de este amor es la gratuidad. En Dios no hay egoísmo que bloquee la entrega. No es un ser solitario, cerra- do sobre sí mismo, sino un ser solidario. Es comunidad, vida com- partida, entrega y donación mutua. Dios Trino es a la vez el que ama, el amado y el amor. Y expresa su voluntad de comunicación amigable de manera absolutamente incondicionada: Todo lo que Dios produce fuera de sí, lo hace ordenadamen- te con suprema caridad 5 , para comunicar su bondad 6 . Su amor liberal y libre le impulsa a comunicarse. Quiere que alguien distinto de sí le ame con el sumo amor posible en una cria- tura; quiere que otros le acompañen en el amor que Él tiene al bien infinito de su esencia 7 . Por este motivo, decide hacerse objeto volun- tario de la facultad cognoscitiva y amorosa del hombre: Así pues digo: primero Dios se ama; segundo se ama en los otros, y este amor es casto; tercero quiere ser amado por otro que le pueda amar supremamente, hablando de un amor de alguien extrínseco 8 . Porque Dios ama libre y gratuitamente, toda la historia de la sal- vación es vista desde la perspectiva del amor. En la reflexión esco- tista, la encarnación, como historización de Dios, deja a un lado el pecado y se sitúa en una clave más positiva, superando todo hamar- tiocentrismo. El pecado no puede ser nunca clave última de inter- pretación. El punto de partida de la reflexión escotista es el decreto de predestinación de Cristo para ser el primer glorificador de la Trini- dad. No se niegan aquí las posibles consecuencias que la encarna- ESCOTO Y NIETZSCHE, DOS APROXIMACIONES … 717 5 «Quidquid Deus causat extra, causat ordinatissime, et ex maxima charitate» Rep . Par . II, d.37, q.1, n.1 (XXII, 191a). 6 «Unde propter bonitatem communicandam» Ord . II, d. 3, q. 7, n. 10 (XII, 169b). 7 « Deus vult habere alios condiligentes » Rep . Par . III, d. 7, q. 4, n. 5 (XXIII, 303b). 8 «Dico igitur sic: Primo Deus diligit se; secundo diligit se aliis, et iste amor est castus; tertio vult se diligi ab alio, qui potest eum summe diligere, loquendo de amore alicuius extrinseci» Rep . Par . III, d. 7, q. 4, n. 5 (XXIII, 303b).

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