NG200403017

valor, al orgullo, a la libertad, a los sentimientos, a la alegría de los sentidos, a la alegría en cuanto tal 69 . La fe cristiana es infantil y acrí- tica 70 . Coloca el centro de la gravedad de la vida no en la vida sino en el más allá. La gran mentira de la inmortalidad destruye toda naturaleza y toda razón. El sentido de la vida es vivir sin que tenga sentido la vida 71 . Si esto es así, nos quedamos sin alternativa frente a la experiencia del mal. El individuo aparece como único valor, pro- porcionando una coartada sociológico-cultural perfecta para mante- ner nuestra indiferencia e insensibilidad ante tantas situaciones dolorosas de injusticia. Para el cristianismo el dolor es algo que nos deshumaniza. Nietzsche con su voluntarismo absoluto asume el dolor de modo individual. Diviniza el principio de individuación humana y resuel- ve el problema del dolor con la propuesta de un placer superior. La vida debe ser voluntad de poder, porque donde no existe ésta apa- rece la decadencia. Por el contrario, el cristianismo propone una sensibilidad ante el dolor que desemboca en la compasión, que no significa lástima, y rompe la autarquía del individualismo. El mal nos interpela y no se puede racionalizar. Mientras que Nietzsche nos invita a un olvido que desemboca en un mecanismo de defensa, el cristianismo nos invita a la memoria de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, proclamando una palabra de recuer- do. Como nadie se siente culpable, nadie se siente responsable del mal de los débiles. El crucificado se convierte en símbolo de lo divi- no y de lo débil. Jesús se pasó toda la vida descendiendo. Desciende para ascender con los desechos. Especialista único y absoluto en recoger inmundicias para salvarlas. Lo que no puede el ascenso de Prometeo, eso lo puede el descenso de Jesús, que se ha convertido en el primero y el último porque se puso en el lugar donde estaban los últimos y compartió todas sus heces muriendo su muerte y bajan- do a sus infiernos con todas las consecuencias 72 . Nietzsche, reivindicando al individuo aislado, absolutiza el pre- sente y el individuo contra todos los proyectos alternativos de futu- ESCOTO Y NIETZSCHE, DOS APROXIMACIONES … 739 69 Anticristo, 21. 70 Anticristo, 32. 71 Anticristo, 43. 72 C. D ÍAZ , Manifiesto para los humildes (Valencia 1993) 319.

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