NG200403017

jes y creencias que pretenden monopolizar el sentido múltiple de lo real, renegando del valor de lo que directamente se vive, afirmando que todo ha de fundamentarse sobre lo que no se ve. Por eso Jesús se enfrenta a los escribas y fariseos proponiendo una fe no formu- lada en dogmas 52 . Con Jesús adquieren un sentido nuevo todos los conceptos que en el mundo semítico se habían puesto al servicio del resentimiento. La capacidad de metaforizar hace de Jesús un espíri- tu libre que destruye todo lo que podríamos llamar una lectura rea- lista de las cosas 53 : Sólo nosotros, los espíritus que hemos llegado a ser libres, tenemos el presupuesto para entender algo que diecinueve siglos han malentendido, aquella honestidad, convertida en instinto y en pasión, que hace la guerra a la mentira santa, más aún que a toda otra mentira. Se ha estado lejos de nuestra amorosa y precavida neutralidad, de aquella disciplina de espíritu que es la única que permite adivinar cosas tan extrañas, tan delicadas; en todo tiempo se ha querido aquí, con un desvergonzado egoísmo, sólo la ven- ESCOTO Y NIETZSCHE, DOS APROXIMACIONES … 733 colectivamente se supone que debe pensarse sobre la realidad. Este adaptarse fiel- mente es una cualidad moral, no una cualidad del conocer en cuanto conocer. 52 La fe que propone Jesús, según Nietzsche, consistiría en llegar a ser Hijo de Dios interiorizando el sentimiento de transfiguración global de todas las cosas; suprimir cualquier relación de distancia entre Dios y el hombre, ya que justo en esto consiste la buena nueva. Decir Padre expresa un sentimiento de eternidad y perfec- ción en quien lo vive; Reino de los cielos es un estado de corazón, no algo situado por encima de la tierra o que llegue tras la muerte, o que se aguarde; no tiene un ayer ni un mañana... Es una experiencia del corazón. 53 Se ha inventado una designación de cosas uniformemente válidas y obli- gatorias y el poder legislativo del lenguaje que origina el primer contraste entre la verdad y la mentira; todo para determinar lo que es la verdad. ¿Es el lenguaje la expresión adecuada de todas las realidades? Con las palabras no se llega jamás a la verdad. El lenguaje es una metáfora de las cosas que no corresponde en absoluto a las esencias primitivas. Todo concepto se forma por equiparación de cosas no igua- les. ¿Qué es la verdad? Una hueste en movimiento de metáforas; una suma de rela- ciones humanas, extrapoladas y adornadas poéticamente. El que busca verdades busca metáforas del mundo de los hombres; aspira a una compresión del mundo en tanto que cosa humanizada, y consigue, en el mejor de los casos, el sentimiento de una asimilación. Aparece el hombre como medida de todas las cosas; parte del error de creer que tiene estas cosas ante sí de manera inmediata como objetos puros. Cf. A. T ORNOS , Cuando hoy vivimos la fe. Teología para tiempos difíciles (Madrid 1995) 266-273.

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