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haciendo suyo el proyecto del Reino, en el que todo estará regido por la justicia, la libertad y el desinterés. Según Nietzsche, Jesús vivió su vida sin odio y sin mentira, haciendo de ella un alegre mensaje. Nos enseña una nueva forma de vida, no una nueva fe, que se pone de manifiesto en un nuevo tipo de relaciones entre los hombres: Él no opone resistencia ni con palabras ni en el corazón a quien es malvado con él. Él no establece ninguna diferencia entre extranjeros y nativos, judíos y no judíos... Él no se encoleriza con nadie ni menosprecia a nadie 41 . 3.4. C RUZ La existencia de Cristo, su vida y su muerte, son efecto del amor libre, no son dictados por la lógica pecado-satisfacción. Dios ha que- rido la muerte de Cristo en la cruz para hacernos entender mejor su amor, nunca por la necesidad de una reparación. Una vez más el ordo amoris es la razón última de todo 42 . Para la conciencia cristiana contemporánea es muy válida la imagen del empeño de libertad por la justicia hasta la muerte. La cruz simboliza toda la vida de Jesús vivida como solidaridad total en favor del hombre, por fidelidad absoluta al Dios amor. Se convierte, en cada hombre, en una pregunta por el sentido de su vida. El com- promiso libre por la justicia lleva a Cristo a morir en la cruz. Podía habernos redimido de otra manera, no necesitaba hacerlo como lo 730 JAIME REY ESCAPA 41 Anticristo, 33. 42 Es oportuno recordar que la tradición anselmiana, asumida también por Santo Tomás, afirmaba que la encarnación era necesaria en la hipótesis de que Dios hubiese querido una reparación debida al pecado. El pecado según Santo Tomás posee una ciertad infinitud, en cuanto ofende a Dios: «Peccatum contra Deum com- missum quandam infinitatem habet ex infinitate divinae maiestatis; tanto enim offen- sa est gravior, quanto maior est ille in quem delinquitur» Cf. T OMÁS DE A QUINO , Summa Theologica III, q. 1, a. 2. Porque ninguna criatura es capaz de dar a Dios una satisfacción plena por la culpa del pecado, Dios quiere la satisfacción ofrecida por Cristo. Un intento actual de reconstrucción de la fe cristiana no centrada en el peca- do en: A. V ILLALMONTE , Cristianismo sin pecado original (Salamanca 1999).

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