NG200403016

indicarla es dÚnamij, fuerza o potencia abierta a la acción, en el Cristianismo es c£rij- gracia . Si consideramos el sentido original de estos nombres, y aun admitiendo las demás designaciones griegas, san Pablo, buen cono- cedor del ámbito más sacral de las demás expresiones, ya que no en vano es la lengua griega su lengua materna y cultural, por naci- miento en la helenizada ciudad de Tarso, escogió precisamente c£rij como término técnico para expresar este auxilio específico, por el que Dios ayuda y coopera con el ser humano en la obra de la salvación personal. Señalemos los nombres principales: 1. c£rij- gracia . 2. fîj- luz. 3. dÚnamij- potencia . 4. pneàma- viento (en sentido de espíritu, desde Ésquilo, ss. VI-V). 5. ™n e/rgeia- energía , y manifestación especial de los dioses. 6. ™pif£neia- manifestación , operativa del poder divino. Para indicar este auxilio divino no debió parecer a san Pablo acomodada la palabra fîj- luz , aunque con tanta predilección la empleara, ya que la luz es uno de los grandes amores del hombre mediterráneo, testimoniados ya en Homero. Ahora bien, la luz es en principio algo tangencial y exterior, mientras el concepto de la gra- cia, que santifica, es un hábito interno y permanente. DÚnamij –potencia, fuerza–, si bien la filosofía aristotélica la ima- ginara como algo intrínseco, que tiende a trocarse en realidad, encie- rra frecuentemente cierta idea de violencia, con lo que no quedaría tan bien parada la libertad del hombre, además de que esta palabra refleje la irresistible influencia del Espíritu Santo y forme parte de la tríada del léxico de los prodigios, junto con shme…oij y te ´ rasi ( Hechos 1, 8 y 2, 22; 2 Cor 12, 12). Demasiado transitoria y periféri- ca pudo perecerle asimismo la expresión pneàma -viento, soplo , supuesto, además, que es el mejor término para designar a la Tercera Persona, al Espíritu Santo, al Vivificador y Santificante. Sin duda este término filosófico de la especulación jonia, alternando con aire, que inició Anaxímenes de Mileto (585-522 a. d. Cr.), en cuan- to elemento originario y fundamental de la naturaleza y de la vida, 708 ALFONSO ORTEGA CARMONA

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