NG200403015
conversación privada me decía: yo y algún otro en la Comisión hacíamos notar que, en rigor, nadie de nosotros sabe con claridad que es «eso» del pecado original. Honradamente, no se ven motivos serios para condenar al Catecismo Holandés que, sin duda, ofrece una explicación distinta de la tradicional. Mientras quede clara la necesidad de la Redención, como diría san Agustín: «dummodo Redemptio clareat, periculum non est» = mientras quede clara la Redención no hay peligro en negar el PO. Si de la alta teología descendemos al cristiano de la calle, encontraremos las más varias y hasta insólitas opiniones. Es muy corriente que la gente católica, al oír hablar del PO, entienda que se habla de que todo hombre es inclinado al mal en forma universal y profunda. La raza humana es una «raza pecadora», todos los hombres somos de condición pecadora. Y continuando el discurso de la condición pecadora de los seres humanos se llega a la identificación del PO con el instinto sexual, especialmente rebelde a los dictados de la razón. Esta identificación generalizada entre PO y sexualidad podría encontrar apoyo en san Agustín, que presenta como inseparables la «vergonzosa libido sexual» (pudenda libido) y el PO 2. En fecha reciente un profesor de teología, conocido mío, me comunicó desde Cuba esta noticia: explicando el tema del PO llegó a decir que algunos teólogos católicos actuales negaban esta doctrina. Uno de los oyentes expresó su sorpresa. ¿cómo puede ningún teólogo negar la existencia del PO después de lo que ha pasado en N. York, el 11 de septiembre de 2001, con la Torres Gemelas? También en este caso la gente cristiana podría sentirse respaldada por los teólogos que hacen este argumento sintético a PREGUNTAS «ESCANDALOSAS» SOBRE EL PECADO ORIGINAL 687 2 San Agustín presenta como inseparables la libido sexual y el PO. El rito hebreo de la circuncisión es para él claro testimonio de que el PO mantiene su presencia y ejerce su fuerza a través de los órganos de la generación. Sus últimas obras polémicas contra Julián de Eclana abundan en testimonios de esta afirmación : De nuptiis et concupiscentia , PL, 44,413, Contra Iulian. libri sex, PL, 44, 641-874; Contra Iul. Opus imperf., PL, 45, 1049- 1608 . Obras competas de san Agustín , Madrid, BAC, Tms. XXXV, XXXVI, XXXVII, 1984-1985. Hasta la Edad media perduró la idea de que el PO mancha / contagia al alma al entrar ésta en contacto con el «semen infectum». Julián de Eclana se mofa de que Agustín ligue la contracción del PO a semejantes groseros procesos biológicos. Piensa que es una explicación del todo «traducianista» (encratita) y netamente maniquea.
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