NG200403015
La voluntad salvífica verdadera, sincera y operativa, tal como la propone el catolicismo actual, queda densamente oscurecida y limitada por de la teoría del PO. Hablar de la voluntad salvífica de Dios verdadera y operosa sería una añagaza si, a continuación, se añade que todo hombre al entrar en la existencia, sin culpa personal ninguna, se encuentra bajo la ira de Dios, en muerte espiritual, bajo el imperio de Satanás, destinado a la condenación, según terribles frases del Tridentino (DS 1511-1512). Predominó durante siglos la visión agustiniana de la humanidad: el género humano fue convertido por el PO en masa de pecado, masa de perdición (- massa damnata). De esa «massa damnata» sólo unos pocos son seleccionados y salvados. Pero este lenguaje es del todo insostenible para el católico del siglo XXI. El Misterio de Cristo también queda oscurecido en varias de sus dimensiones: a) la dignidad y excelencia del Hijo de Dios queda disminuida si se dice que, de no haber pecado Adán, el Verbo no se hubiese encarnado. Se le presenta a Cristo como un «Bien de ocasión», según advierte el bto. J. Duns Escoto (bonum ocasionatum). No querido por sí mismo, por su propia excelencia, puesto que habría sido predestinado por Dios «con ocasión» de que un tal Adán pecó en el paraíso. Y la acción salvadora de la Cruz quedaría canalizada por el sacramento del bautismo perdonador del pecado. Se ignoraba que Cristo es el «Sacramento universal / radical de salvación»; que su Gracia no está ligada a sacramentos, y que su acción es, primordialmente, creadora de nuevo ser, deificante y elevante, no liberadora del PO y sus secuelas. Pecado que pudiera no darse, como sabemos con seguridad de la Virgen María, pero que estuvo «necesitadísima» de redención (como dice Escoto, el doctor de la Inmaculada). Economía de Gracia que, como es obvio, se realiza también en cada ser humano al entrar en la existencia. La teoría del PO retardó durante siglos el que la Iglesia universal reconociese el hecho de la plenitud de la Gracia inicial en la Madre del Señor. Y posteriormente lo tergiversa diciendo que el privilegio mariano consiste, ante todo, en haber sido preservada de un supuesto «Pecado original». En el terreno de la moral y práctica pastoral los daños han sido notables: con la teoría del PO se introdujo en la teología occidental la idea del «libertad esclava» (servum arbitirum). La teología católica 696 ALEJANDRO DE VILLALMONTE
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