NG200403015
«auténtica barbaridad», doctrina sacrílega y obscena, el llamarla «funesta» casi resulta una mitigación. Podemos dejar en su tamaño estas descalificaciones del obispo Julián, dentro de su contexto demasiado polémico, retórico, ponderativo. Al fin es un texto del siglo V, tiempos de costumbres rudas. Pero tenemos textos más sobrios, cercanos y, en el fondo, más duros al respecto. El teólogo protestante P. Ricoeur, después de haber estudiado con amplitud y profundidad el problema de la culpa, especialmente la culpa «original» refiriéndose al edificio doctrinal del judío- cristianismo dice: «hay que reconocer que el pecado original —que no es más que una racionalización de segundo grado— sólo constituye una falsa columna (del judio-cristianismo). Nunca podrá exagerase el daño que infligió a las almas durante los primeros siglos de la cristiandad, primero la interpretación literal de la historia de Adán y luego, la confusión de este mito,considerado como episodio histórico, con la especulación ulterior, especialmente agustiniana, sobre el pecado original. Al exigir a los fieles la fe incondicional en este bloque mítico especulativo y obligarles creyentes a comprender, a través del mito, su condición actual a aceptarlo como una explicación que se basta a sí misma, los teólogos exigieron un sacrificium intellectus, cuando lo que tenían que hacer en este punto era estimular a los creyentes a comprender simbólicamente, a través del mito su sitiación actual» 7 . En la misma línea que el famoso teólogo y filosofo Ricoeur, vamos a concretar un poco la funesta influencia de la doctrina del PO, el inmenso daño infligido a las almas por esta falsa creencia. En doble perspectiva: a) en el interior del sistema cristiano de creencias; b) en el ámbito de la cultura secular de Occidente, surgida al contacto de siglos con el Cristianismo. A. Los daños de la doctrina del PO en el interior del Cristianismo occidental . Es obvio que si, durante siglos, los cristianos de Occidente han mantenido en forma universal y firme la doctrina del PO es porque la consideraba positivamente beneficiosa para la ortoprxis y para la ortodoxia cristiana. Concretamente, pensaban que 694 ALEJANDRO DE VILLALMONTE 7 P. R ICOEUR , Finitud y culpabilidad (Madrid 1969) 552-553.
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