NG200403014

La imaginería intuitiva y plástica de la evaluación última, puede seguir siendo utilizada, partiendo siempre de que pertenece al terre- no de lo metafórico, al mundo simbólico. Hay dos buenas razones para ello: una pedagógica ya que, con diversas variantes, es el méto- do utilizado por los hombres para dictaminar sobre la inocencia o culpabilidad de alguien. La otra es de tipo bíblico-teológico y pre- tende acentuar la certeza del juicio y la seriedad del mismo. De ahí el recurso al tribunal y, sobre todo, a la prueba inequívoca del libro de la vida y demás libros «de contabilidad» abiertos. En cualquier caso, esta imaginería apocalíptica exige una traducción para que el hombre moderno entienda sus claves y comprenda el sentido de una simbología tan extraña. Es lo que hemos intentado hacer más arriba. Las metáforas utilizadas nos llevan a lo esencial (19) 20 . El juicio divino, la evaluación progresiva y la última, es la con- secuencia necesaria del N.T, de la predicación de Jesús, del Evangelio como tal. Resulta, además, muy consolador para el cre- yente. El juicio nos habla de la oferta de la gracia del perdón ; del interés de Dios por el hombre; del desenmascaramiento que hace Dios de la doblez y de la hipocresía humanas; de que las razones de nuestra respuesta positiva a Dios no deben ser sólo las financie- ras, la retribución que esperamos, sino la realización plena del ser humano en el macrocosmos de la voluntad divina regaladora de la misma; de que no seremos engañados hasta el final, porque Alguien, que conoce muy bien el secreto de los corazones, establece la cla- ridad y la trasparencia como norma para evaluar al hombre en su integridad; de que la gratitud debida a nuestro Creador y Redentor deben manifestarse en la coherencia de la conducta adecuada 21 . El pensamiento del juicio nos sitúa en el centro de la revelación , de la manifestación de Dios en Cristo. Por consiguiente, quien orga- niza su conducta moral desde el miedo que el juicio suscita no cum- ple el mandamiento principal de la Ley, el del amor (Mt 12,29-30). La importancia que el N.T da al pensamiento del juicio pretende, además, sacudir al hombre de su somnolencia y apatía, recordándo- le su obligación grave de hacer el bien y de hacerlo por amor a su Creador y Redentor. El pensamiento del juicio no puede ser despla- 682 FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS 20 Ib. 21 F. F ERNÁNDEZ R AMOS , El Final del Camino , 300-302.

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