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matismo, enmarcado ininterrumpidamente en un sentido religioso profundo; o el de Giuseppe Verdi, en el que, en su fuga final, eleva hasta Dios su ¡libera me! con fuerza rayante en la desesperación; en el que, individualmente primero, y colectivamente después, piden insistentemente la salvación en medio de la tragedia cósmica en que los elementos de la naturaleza o del mal aúnan todas sus fuerzas contra el hombre indefenso ante la petición de responsabilidades ineludibles...; o el de Amadeus Mozart, que se agarra al clavo ardien- do de la salvación, o del Salvador en el momento en que el Universo ha sido reducido a pavesas en medio de cataclismos tan pavorosos que el hombre no puede superar. ¿No sería demasiado arriesgado jugarse a una sola carta reali- dades tan valiosas y contrapuestas? ¿No sería preferible una evalua- ción progresiva, gracias a la cual el momento último no fuese más decisivo que los anteriores? El Maestro no pretende sorprender a los discípulos en el examen final. Esto es claro. Preferiría comprobar lo que han sido con aprovechamiento y progreso en la escuela a la que han asistido durante años. Y, naturalmente, aprobarlos. A ser posi- ble con buena nota. Creemos que ésta es la representación más ade- cuada del tiempo último. No nos parece ningún despropósito citar a Albert Camus, que no es ningún santo Padre, cuando afirma: «No espere, querido amigo, el Juicio Final. Tiene lugar todos los días» 18 . 8. CENTRALIDAD DEL JUICIO En realidad, Jesús no hizo ninguna precisión sobre las modali- dades del juicio . Naturalmente que, como hijo de su tiempo, recu- rrió a las imágenes corrientes para hablar de él, como hizo al utilizar la parábola de la impresionante auditoría realizada por el Hijo del hombre ante la magna asamblea reunida para el juicio (Mt 25,31ss). Pero Jesús comprendió el juicio de Dios como una realidad de la conciencia, es decir, como una realidad inseparable de la responsa- bilidad moral. El cómo, el cuándo y el dónde son sencillamente irre- presentables e irrelevantes 19 . REVISIÓN BÍBLICO-FILOSÓFICA DE LOS NOVÍSIMOS 681 18 A. C AMUS , «La caída», en 0bras , 4 (Madrid 1996). 19 F. B ÜCHSEL , Krino, en TWzNT , III, 937.

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