NG200403014

El estado intermedio entre nuestra muerte y nuestra resurrec- ción no pertenece a la fe ni a la esperanza cristianas . El concepto de la vida intermedia de las almas en un lugar impreciso hasta que se unan al cuerpo recompuesto rompe la totalidad de la resurrección. Lo que espera el creyente más allá de la muerte e inmediatamente después de ella es la nueva forma de ser. Deseo morir para estar con Cristo (Flp 1,23). Somos ciudadanos del cielo de donde esperamos al Salvador y Señor Jesucristo que reformará nuestro cuerpo miserable (= lo llama así no por sus limitaciones y miserias, sino porque se halla privado de la gloria-gracia de Dios) conforme a su cuerpo glo- rioso en virtud del poder que tiene para someter a sí todas las cosas (Flp 3,20-21; es la nueva forma del ser humano, la que tendrá más allá de la muerte, semejante a la otra forma , la actual, que tiene Cristo resucitado (Mc 16,12). Por eso Cristo es «el último día» a la vez que la resurrección y la vida. Esto significa que la escatología inter- media queda excluida también por razones teológicas. Una cosa es nuestra fe y otra los moldes absolutamente inacep- tables en la que seguimos expresándola hoy. Los ritos fúnebres en cuanto tales no pertenecen a la esencia de la fe. Deben ser consi- derados como expresión de la misma y, como consecuencia, adap- tados a las nuevas formas de vida, a la nueva filosofía, a los nuevos modos de expresarse, a la superación del dualismo antropológico, cronológico y espacial 15 . Las realidades que constituyen substancialmente verdaderos lugares teológicos son las palabras de Cristo , que aseguran a los cre- yentes una vida que es participación en la suya y, en última instan- cia, en la de Dios: los evangelios , despojados de sus representaciones apocalípticas —condicionamientos culturales— nos hablan de la vida eterna o de la descalificación de la misma a partir del último encuen- tro con el Señor, que se produce en el momento de la muerte; el pen- samiento paulino , que considera su iniciada vida en Cristo y la plena participación en ella teniendo lugar inmediatamente después de par- tir de este mundo y, por respetar su representación apocalíptica 676 FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS 15 G. B OF , en el artículo sobre la Inmortalidad , considera que estamos ante una reintroducción del platonismo más rígido, debida especialmente a Moses Mendelsohn, cuya obra Phädon oder über die Unsterblichkeit , es definida por Pieper como una verdadera falsificación de Platón, 794.

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