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uno de los rasgos que mejor definen su personalidad y su ética. Las bases de la racionalidad que propone para lograr este progreso en el mundo provienen de 1932 y se hallan contenidas en estos versos de su Open Society 21 : « Quizá esté yo equivocado y tú en lo cierto, quizá con un esfuerzo a la verdad nos acerquemos». Refiriéndose a ellos, Popper ofreció años después este valioso dato: «Fueron un intento de resumir una parte particularmente bási- ca de mis artículos morales de fe. Al punto de vista que los mismos resumen le he llamado “racionalismo crítico”» 22 . Es una convicción que responde a su actitud racional y tiene que ver con la autocríti- ca y la capacidad de aprender de nuestros errores. En La responsa- bilidad de vivir se manifestó en similares términos: «Podría expresarse la actitud racionalista de la siguiente manera: quizá yo no tengo razón y tú tienes razón; en todo caso, ambos podemos con- fiar en ver después de nuestra discusión algo más claro que antes, y de todos modos ambos podemos aprender mutuamente, mientras no olvidemos que no se trata tanto de ver quién tiene razón, sino mucho más de aproximarse a la verdad. Sólo con esta finalidad nos defendemos en la discusión tan bien como podemos» 23 . Aquí radica la esencia del racionalismo, pero también refleja el ánimo del ilus- trado que era Popper. «El verdadero ilustrado, afirmó, el verdadero racionalista, nunca quiere convencer. Así es. En realidad no preten- de convencer una sola vez: es siempre consciente de que se puede equivocar. Pero, sobre todo, respeta la autonomía, la independencia espiritual del otro demasiado para querer convencerle en las cosas importantes. Antes bien, quiere provocar desacuerdo y, por encima de todo, crítica razonable y disciplinada. Quiere animar, provocar la LEGADO ÉTICO DE POPPER. LUCES Y SOMBRAS 633 21 La composición de estos versos fue realizada por Popper en el contexto de este suceso referido por él: «Un joven miembro del Partido Nacionalsocialista de la provincia austríaca de Kärnten, que, ni soldado, ni policía, vestía sin embargo el uniforme del partido y llevaba una pistola. No sería mucho antes del año 1933 —el año en que Hitler subió al poder en Alemania— cuando este joven me dijo. «¿Es que quiere usted argumentar? Yo no argumento, ¡yo disparo!». Había plantado la semilla de mi Open Society . Y el ataque contra el irracionalismo de la argumentación ha pro- seguido muchos años después. K. R. P OPPER , El mito del marco común , O.c. , 16. 22 Cf. Ib ., 15 . Estos versos se hallan por vez primera en 1945 en La Sociedad abierta, vol. II, segunda página del capítulo 24. 23 K. R. P OPPER , La responsabilidad de vivir , O.c. , 137-138.

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