NG200403011

Y está lo que entendemos por deshumanización, en primer lugar, la de la misma sociedad y, seguidamente, como prolongación, lo de un arte deshumanizado, y ya anunciado desde hace mucho tiempo y que ahora y aquí lo venimos a señalar como arte abstrac- to , que es la supresión de toda imagen humana y de toda referencia a la naturaleza. Romper esta mutua relación con lo humano y con la naturale- za en la que estamos y por la que vivimos, puede tener el peligro de la misma suficiencia y personalismo del artista, que venga a que- dar sin función social, más cercana consigo mismo que hacia los demás, el de una existencia sin referencias. Y así, el hecho artístico, ahora abstracto, venga a estar en el acontecimiento, el impacto, lo desconocido que golpea tu cerebro, un cierto artista hasta la intemperancia y posible, también, que cier- to desprecio por los otros. En este consorcio de artistas, para lo público, ya caben todos, también el aficionado. Podrá hacer su obra el audaz, o envidioso del artista, pero que tiene sus amistades, que ya nada viene a distin- guirse con certeza, que ya todo puede explicarse, que a todo se le puede añadir palabras, al igual que los niños lo hacen con sus pro- pios dibujos. La difícil creatividad ha venido a falsearse, a vulgarizarse, a con- vertirse en lo caprichoso, ya cualquiera podrá hacer el monumento público. La responsabilidad no cae sobre nadie, que nadie lo juzgará, que tampoco tiene el ayuntamiento un departamento para el discer- nimiento estético de sus monumentos. La posible creatividad se hace difícil descubrirla, en la mayoría de las veces el resultado ha quedado en lo anodino, lo primerizo, o en lo malamente copiado. Será un monumento de cara al público, pero no ya en función pública y ocupando un espacio, un peso muerto. Y lo otro, que viene a reafirmar nuestra protesta, es la multipli- cidad de «museos de arte contemporáneo» que van apareciendo en la actualidad; si aparecen, será por su facilidad de hacerlos, que, con media docena de aficionados del pueblo al arte, el pueblo ya tiene 614 ANTONIO OTEIZA