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alguna o algunas de sus parcelas o uno de sus planos y juzgar y ana- lizarlos con sus conocimientos literarios. Aun considerado desde un punto de vista puramente humano, el poeta místico estará siempre en el punto más alto y más delicado de la expresión poética. Sólo esto ya encarna una no pequeña difi- cultad para su análisis. La mucha cultura fácilmente deslumbra, pero es que además en la auténtica poesía mística, a pocas luces que se posean, se nota perceptible el halo de lo divino. Podría decirse que, en la poesía auténticamente mística, no meramente religiosa, no es difícil advertir una especie de intervención sobrenatural, bien por vía de intervención misma divina, como en el Cantar de Cantares bíbli- co, bien por vía de experiencia vivida, en san Juan de la Cruz. Es significativa a este respecto la anécdota que cuenta la Madre Magdalena de sí misma, que en una ocasión suya con el Santo, dice: Causándome admiración la viveza de las palabras y su hermosura, le pregunté un día si le daba Dios aquellas palabras que tanto com- prendían y adornaban, y me respondió: «Hija, unas veces me las da Dios y otras las buscaba yo» 4 . Fortuna grande la del crítico que pudie- ra discernir cuales recibía y cuales buscaba. SAN JUAN DE LA CRUZ, EL MÁXIMO POETA MÍSTICO, GRAN CREADOR DE BELLAS METÁFORAS, ALEGORÍAS Y SÍMBOLOS Permítaseme antes, en apoyo de lo que en este título me pro- pongo, un par de citas, de las 15 que dispongo, de dos auténticas autoridades en saber y juzgar de nuestra Literatura. Marcelino Menéndez y Pelayo en su discurso de recepción en la Real Academia de la Lengua, al hablar de san Juan, Dice: «Hay una poesía más angélica, celestial y divina, que ya no parece de este mundo, ni es posible medirla con criterios literarios, y eso que es más ardiente de pasión que ninguna otra poesía profane y tan elegante y exquisita en la forma. Todo esto se desarrolla en metáforas de amor eterno, y ELEMENTOS FIGURATIVO-LITERARIOS EN EL CÁNTICO ESPIRITUAL… 591 4 M. DE R IQUER -J. Mª. V ALVERDE , Historia de la literatura mundial . T. VII (Barcelona 1985) 648-652.