NG200403010

ABORDO EL COMENTARIO DE LOS VERSOS DE LA INTRODUCCIÓN La metáfora, bien sea simple, alegórica o simbolista, tiene en todos sus versos una vida ubérrima. Todo este poema es un pro- fundo símbolo, no fácilmente descubrible, y una bellísima alegoría, «la de los castos himeneos de Cristo con las alma», como escribe el P. Crisógono. El elemento metafórico hace su aparición desde el pri- mer verso : «¿Adónde te escondiste...?» Este comienzo es un irrumpir «in medias res» , que diría Horacio, sin preparación para entrar en materia. Comienza con esa pregunta inesperada del alma al Amado. La metáfora de este primer verso es mucho más recóndita y difícil de interpretar de lo que puede parecer. También ella se esconde en lugar desconocido. Prueba de lo que digo es la interpretación que hace de ella el santo mismo. Según él , «la ausencia del Amado que lamenta aquí el alma no es la sensible ni siquiera la perceptible por alta comuni- cación espiritual, sino la visión esencial del Amado en cuanto Verbo» 8 . Aquí el vuelo metafórico del poeta se pierde por espacios siderales. Ese hacer huir, como a un escondite místico, al Amado hacia el seno de la propia divinidad, para ocultarse a los ojos bus- cadores del alma, es realmente una metáfora valiente y atrevida. Sin embargo, así es esta altísima figura poética de una cosa tan sencilla y pues como el juego del escondite. Realmente en manos de un gran poeta las cosas más insignificantes pueden cobrar una magnitud cós- mica. «Y me dejaste con gemido» . También aquí «gemido» está tomado metafóricamente. No se trata de un gemido quejumbroso vulgar. Es el sentimiento por la ausencia del Amado. Sentimiento de tal mag- nitud que ha dejado al alma sumergida en una congoja espiritual honda y persistente. Esta congoja continua es lo que quiere expre- sar el santo con «gemido» , en singular y sin acento prosódico y sin artículo. Con elementos tan sencillos como los dos que anteceden, el escritor logra una expresión magnífica de la continuicidad en la unicidad. Es un gemido, además, no de queja, sino de ansiedad afa- ELEMENTOS FIGURATIVO-LITERARIOS EN EL CÁNTICO ESPIRITUAL… 595 8 Ib ., 910-911.

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