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funciones tales como saber, entender, conocer, etc., no dejan de manifestar algo relacionado con el cuerpo. En definitiva, en este periodo arcaico del pensamiento no surge aún una distinción y contraposición entre alma y cuerpo, o entre una esfera psíquica y una esfera corporal. No hay lugar todavía para una consideración dualista de esta problemática. La consideración unita- ria del hombre precede, en todo caso, a la consideración dualista. Con gran probabilidad, el momento preciso para tratar de fijar el comienzo de la problemática sobre la relación alma y cuerpo en el hombre como dimensiones distintas y hasta contrapuestas, hay que hacerlo coincidir con el surgimiento de la secta religioso-filosó- fica de los órficos, que debió hacer su aparición no antes del siglo VI a. Ch. Esta secta, interesada como estaba por la relación entre el hom- bre y la divinidad, otorgó una gran relevancia al concepto de culpa en su explicación sobre el origen de l hombre 5. Los mencionados términos, yuchv y sw ~ ma , son asumidos, cierta- mente, por el Orfismo. Ahora bien, con una significación nueva. Ambos dejan de ser referidos, respectivamente, a «las sombras de los muertos» o a la noción de «cadáver» y pasan a ser interpretados como alma y cuerpo. Y esta última significación es la que se transmite a la posteridad. 570 JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ MOLINERO 5 Comenta más ampliamente sobre el particular J. G ARCÍA L ÓPEZ : «Los órficos, en este mito sobre el origen del hombre, iban a asentar sus normas para una puri- ficación, por la que el hombre debía intentar evadirse de la influencia titánica para unirse a la divinidad. Debe soltarse las ataduras que le unen al cuerpo, su parte titá- nica, en la que se encuentra su alma, la parte dionisíaca, como en una cárcel. Es el sw ~ ma sh ~ ma , transmitido por los autores antiguos. Por medio de los ritos de inicia- ción, por su intervención en ritos de comunión o participación ( teletaiv y ka © armoiv , llevando, en resumen, lo que se ha llamado una “vida órfica”, podía el hombre rea- lizar la parte divina que lleva dentro. Estas doctrinas tenían que parecer extrañas a los griegos, que creían en el © nhtav fronein , en el que los hombres no tienen que pensar nada que no sea humano, mientras que para los órficos la creencia en un alma inmortal y de origen divino era central en su sistema religioso. En relación estrecha con lo anterior está la doctrina moral órfica. De la necesidad de una purificación del pecado de la sangre se llega a una purificación de tipo moral» [J. G ARCÍA L ÓPEZ , La religión griega (Madrid 1975) 138-139].

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