NG200403009

sobradamente conocida a través de la narración simbólica del Fedro sobre las tres almas: racional, concupiscible e irascible y, por ello, no vamos a insistir en repeticiones innecesarias. Si acaso, por com- paración entre lo que es la narración simbólica del Fedro , el Timeo , y la República quisiéramos únicamente destacar este otro problema: Si Platón divide al alma en tres partes, ¿es sólo inmortal el alma racional?. ¿O más bien concibe al alma como un todo, con inclusión por tanto de las almas inferiores?. En la búsqueda de una solución correcta a esta temática, ha de prestarse atención a la cronología y evolución del pensamiento platónico en los Diálogos . Por la toma en consideración de dicha evolución deberán ser resueltas las posibles diferencias. Para lo que hace a nuestros propósitos de poner de relieve cómo a la consideración pre-filosófica de alma y cuerpo como uni- dad en gran medida indiferenciada, sucede la consideración dualis- ta, y cómo ésta se explicita de modo concreto en Platón, quisiéramos, finalmente, hacer referencia a un último aspecto, que estimamos fundamental y que guarda relación con la mencionada evolución del pensamiento platónico en lo que concierne al sentido de su dualismo. Si en el Fedón, el cuerpo es cárcel, u obstáculo para la realiza- ción del alma, y la realidad del hombre viene expresada por ésta; en el Timeo , donde también se habla del alma del mundo, el cuerpo es más bien vehículo del que se sirve el alma a lo largo de su trayec- toria en pos de un destino definitivo en el mundo suprasensible, de tal manera que parece casi como si la existencia terrena pertenecie- se al camino del alma. Y ésta, el alma, por su parte, más que, como una sustancia que se basa en sí misma, es caracterizada como anhe- lo, impulso u orientación hacia un fin. En consecuencia, la relación o conexión del alma con el cuer- po es mayor en el Timeo y el carácter dualista del Fedón aparece más matizado. Por último, en el diálogo de vejez Las Leyes, no se habla ya de desprecio del cuerpo. Y, en cambio, sí se alude al hecho de que ese anhelo, ese estar orientado hacia un destino suprasensible está como dirigido por los dioses. Se expresa una mayor dependencia de lo divino. El hombre se convierte en «marioneta», en «juguete» de los 578 JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ MOLINERO

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